Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, informó que esta semana fueron incluidos síntomas accesorios -pérdida del gusto, pérdida del olfato y diarrea- para considerar a un caso sospechoso de COVID-19.
En conferencia sobre la pandemia de COVID-19 en México, López-Gatell señaló que en la nueva definición operacional, además de los síntomas ya reconocidos, no necesita de dos o más condiciones accesorias, sino que la presencia de una basta para sospechar de la enfermedad.
“Entonces, la definición es: fiebre, tos, dolor de cabeza y sólo uno, basta uno de los síntomas accesorios para considerar a un caso sospechoso de COVID-19”, explicó.
Con esta ampliación en la definición operacional, aseguró, detectarán más positivos de coronavirus. Aunque mencionó que los casos sospechosos de COVID-19 deben ser tratados como si fueran positivos, recordó que no existe un tratamiento específico que cure la enfermedad, por lo que se usa tratamiento de soporte.
“La persona no grave se trata en casa y el tratamiento básicamente es con medicamentos para los síntomas, para quitar el dolor de cabeza, para quitar la fiebre, hidratación, muy, muy importante, quisiera recordarle a todas las ciudadanas y ciudadanos que hidratarse es fundamental”, manifestó.
López-Gatell comentó que el cambio en la definición operacional de la COVID-19 se realizó en conjunto con el Comité Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Conave), con el fin de sensibilizar la definición.
“Sensibilidad es la probabilidad de detectar correctamente a una persona que tenga la condición de enfermedad. […] Entre más amplias o permisivas, si se quiere, sean las definiciones de caso, más sensibles son”.
Advirtió que la limitante, consecuencia de la ampliación en la definición, es la pérdida de precisión o especificidad, pero el interés del Gobierno de México es aumentar la probabilidad de detectar a las personas enfermas, “porque la prioridad son las personas”.
Además, el Subsecretario afirmó que no se redujo el número de pruebas para disminuir el número de casos confirmados, puesto que la indicación de hacer la prueba a toda persona que presente los síntomas no ha sido suspendida.
“En la medida en que haya menos personas con síntomas, ¿qué va a pasar con las pruebas? Van a bajar. Si hay menos personas con síntomas, hay menos personas que tienen la indicación de hacerse la prueba y bajará el número de pruebas”, explicó.
Subrayó que la disminución en la ocupación hospitalaria y en la cifra de decesos está relacionada con el número de personas que presentan síntomas, por lo que también hay menos pruebas realizadas. “No es al revés, como se ha querido plantear”, dijo.