El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) ha aplaudido la reciente decisión de México de prohibir la práctica de la llamada “terapia de conversión” para personas de la comunidad LGBTIQ+. Esta medida, que entró en vigor el fin de semana pasado, representa un avance histórico en la defensa de los derechos humanos y la salud pública en el país.
“El estigma y la discriminación que perpetúa la llamada ‘terapia de conversión’ han causado un daño profundo a la salud pública”, declaró Luisa Cabal, Directora Regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe. “La decisión de México de poner fin a esta práctica nociva contribuirá a garantizar la salud pública y el bienestar de todas las personas. Todos los países deberían seguir el ejemplo de México en este sentido.”
La prohibición de las terapias de conversión en México se suma a un movimiento global que rechaza estas prácticas, las cuales han sido ampliamente condenadas por profesionales de la salud y organizaciones de derechos humanos. Estas terapias, que intentan cambiar la orientación sexual o identidad de género de una persona, no solo son ineficaces, sino que también pueden provocar graves daños psicológicos y afectar negativamente la salud mental de quienes las sufren.
El histórico paso dado por México no solo refuerza su compromiso con los derechos de la comunidad LGBTIQ+, sino que también envía un poderoso mensaje al mundo sobre la importancia de combatir la discriminación y promover la inclusión. Al eliminar prácticas que buscan invalidar la identidad de las personas, México se acerca a una sociedad más justa y respetuosa de la diversidad.
ONUSIDA ha sido un firme defensor de los derechos de las personas LGBTIQ+ en el contexto de la respuesta global al VIH/Sida. La organización ha destacado que el estigma y la discriminación son barreras significativas para el acceso a servicios de salud y prevención del VIH, y ha abogado por políticas inclusivas que respeten la dignidad y los derechos de todas las personas.