México y Estados Unidos han reactivado su histórica cooperación sanitaria para combatir el resurgimiento del gusano barrenador del ganado, una plaga que pone en riesgo la salud pública y la economía agropecuaria de ambos países. Esta semana, delegaciones técnicas de ambos gobiernos iniciaron reuniones en la capital mexicana para evaluar las acciones emergentes implementadas en el sur del país, donde la plaga ha reaparecido con fuerza.
El gusano barrenador, causado por la mosca Cochliomyia hominivorax, fue erradicado de México en 1991 mediante un programa binacional que ahora se reactiva tras el brote detectado a finales de 2024 en estados como Chiapas. Hasta el momento, se han confirmado al menos seis casos humanos, lo que ha intensificado las medidas de emergencia.
La Secretaría de Agricultura de México, encabezada por Julio Berdegué, recibió a funcionarios del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), quienes supervisan el avance de la estrategia nacional de contención. Aunque la suspensión oficial de las exportaciones de ganado concluyó el 25 de mayo, el cierre fronterizo continúa por razones técnicas, lo que ha generado fuertes presiones económicas.
El Consejo Nacional Agropecuario estima que la paralización de exportaciones genera pérdidas cercanas a los 11.4 millones de dólares diarios. Ante este panorama, el gobierno mexicano ha anunciado la construcción de una nueva planta de producción de moscas estériles en Chiapas, como parte de una estrategia biológica probada para erradicar al insecto sin el uso de pesticidas.
En un tono enérgico, la presidenta Claudia Sheinbaum criticó la medida unilateral del gobierno estadounidense, calificándola como “injusta” y advirtiendo que México “no será tratado como una piñata”. La mandataria reiteró su compromiso con la sanidad agropecuaria y pidió respeto a la cooperación binacional.
El resurgimiento del gusano barrenador ha encendido las alertas en todo el continente. Organismos internacionales como la FAO y la COPEG ya colaboran con México para evitar la propagación hacia Centroamérica y el Caribe, mientras se refuerzan las campañas de vigilancia y capacitación veterinaria.
Este escenario revive el espíritu de la Comisión México-Americana para la Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado (COMEXA), creada en 1972, y evidencia que, ante amenazas sanitarias transfronterizas, la colaboración internacional sigue siendo indispensable.