Durango es un estado conocido y muy visitado por su centro histórico, colinda con Chihuahua, Sinaloa, Nayarit, Zacatecas y Coahuila, posee grandes edificios que se construyeron en la época de la colonia.
Unos de estos edificios es la famosa Catedral que, según la información del Instituto Nacional de Antropología e Historia, fue construida a finales del siglo XVIII bajo el estilo barroco; alberga un retablo con 33 santos y la imagen de la Purísima Concepción, tallada en 1764 en una sola pieza de marfil.
El recinto también alberga la historia de una monja que se aparece por las noches.
Historia de la monja de la catedral Según la historia narrada por la Fonoteca Nacional, se cuenta que, en tiempos de la intervención francesa en México, la ahora Catedral de Durango era un convento.
Ahí habitaba una monja que todas las noches se asomaba por su ventana; un día, mientras miraba a través de su ventana, vio a un soldado del ejercito francés.
Ambos se miraron y se enamoraron a primera vista aún sabiendo que su amor era imposible. Sin decir nada, todas las noches el soldado se paseaba frente al convento y la monja se asomaba por su ventana con el afán de verlo.
Una noche el soldado llamó a la puerta, la monja al abrir se percató que estaba herido, curó sus heridas y, ya que el conflicto bélico entre México y Francia estaba latente, lo escondió en el convento.
Tras la retirada de las tropas francesas se vio obligado a regresar a su país de origen, no sin antes prometer que regresaria; promesa que no cumplió porque la monja nunca lo volvió a ver, se rumoreaba que murió antes de lograr salir del país.
Sin saber su paradero, la monja lo esperaba todas las noches con la esperanza de poder verlo desde su ventana o desde el campanario.
Después de unos años la monja apareció muerta a los pies del convento, no se sabe con certeza si fue un suicidio o cayó accidentalmente del campanario.
Desde ese día los visitantes y locatarios aseguran que por las noches se observa la sombra de la monja que espera ver desde el campanario a su amado, afirman que la figura es más intensa en tiempos de luna llena.