En medio del fuego cruzado tras los resultados electorales y la reconfiguración del poder político en México, el diputado morenista Ricardo Monreal salió en defensa de Andrés “Andy” López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, asegurando que ha sido víctima de lo que denominó “violencia política vicaria”.
A través de un mensaje en redes sociales y un artículo publicado en su sitio oficial, Monreal argumentó que López Beltrán ha sido objeto de ataques no por sí mismo, sino como una vía para dañar simbólicamente al exmandatario. “La violencia vicaria es una de las más crueles expresiones de agresión contra una persona, pero la violencia sicaria busca saciar un instinto primario y básico de venganza. En estos días, Andrés López Beltrán ha padecido estas; nuestra solidaridad con él”, escribió en su cuenta oficial de X (@RicardoMonrealA).
Violencia simbólica y cálculo político
El término “violencia vicaria” proviene originalmente del ámbito de la violencia de género, usado para describir agresiones hacia personas cercanas —como hijos— para infligir daño emocional a la víctima principal. Monreal lo adapta aquí al terreno político, acusando a sectores de la oposición de usar a López Beltrán como blanco para perjudicar indirectamente la imagen de López Obrador, quien sigue siendo una figura dominante en la política nacional.
Monreal también introdujo el concepto de “violencia sicaria” política, una categoría inusual con la que señala que los ataques contra Andy responden más al deseo de venganza que a una crítica legítima.
Contexto de tensión post electoral
Las declaraciones del legislador ocurren en medio de una creciente presión mediática sobre López Beltrán, cuya figura ha cobrado notoriedad tras su involucramiento en tareas de organización dentro de Morena. El hijo del expresidente ha sido objeto de especulaciones, críticas y señalamientos por su rol político no electo, en un contexto donde la narrativa de nepotismo ha sido recurrente entre voces opositoras.
El respaldo de Monreal no es solo personal, sino también político: apunta a cerrar filas en torno a la familia López Obrador en un momento de transición clave para el oficialismo, luego de las elecciones y con una nueva administración en puerta.
Una defensa con mensaje
La defensa del diputado es también un mensaje al interior de Morena. Monreal, quien ha mantenido una relación compleja con las corrientes internas del partido, se posiciona una vez más como un actor institucional, dispuesto a defender no solo el legado, sino también el entorno cercano del expresidente.
Con esta declaración, Monreal pone sobre la mesa el debate sobre los límites del escrutinio público y hasta dónde llega la crítica legítima antes de convertirse en una agresión simbólica contra las figuras familiares del poder político.