Isabel Miranda de Wallace, una de las figuras más polémicas e influyentes en la lucha contra el secuestro en México, falleció este sábado en el Hospital ABC de Santa Fe, donde permanecía internada tras una intervención quirúrgica.
Miranda de Wallace saltó a la esfera pública en 2005, cuando su hijo, Hugo Alberto Wallace, desapareció en circunstancias aún debatidas. Desde entonces, emprendió una incansable cruzada en busca de justicia, lo que la llevó a fundar la organización Alto al Secuestro y a posicionarse como una de las voces más insistentes en la exigencia de penas más severas para este delito.
Su activismo influyó en reformas legales y endurecimiento de penas, además de hacerla acreedora a múltiples reconocimientos. Sin embargo, su legado también quedó marcado por fuertes controversias, en especial las irregularidades señaladas en la investigación del caso Wallace y las acusaciones de fabricación de pruebas en contra de los presuntos responsables.
Uno de los episodios más recientes que reavivó la polémica fue su postura ante la decisión judicial que, en junio de 2024, permitió que Brenda Quevedo Cruz —acusada en el caso de su hijo— continuara su proceso en arraigo domiciliario tras 15 años en prisión sin sentencia. Miranda de Wallace denunció entonces presiones políticas y amenazas en su contra.
Su muerte cierra un capítulo de la historia reciente de México en materia de seguridad y justicia, dejando un legado que sigue siendo objeto de debate: para algunos, un símbolo de lucha incansable; para otros, un ejemplo de los riesgos de la justicia mediática.