Dilber, una mujer de 28 años, quería un cambio de look. Siempre había tenido la inquietud de lucir unos labios carnosos, de ensueño, así que buscó alternativas para poder realizar su sueño. Un anunció en Instagram llamó su atención. Y ahí inició la pesadilla.
Una esteticista de Eslovaquia ofrecía tratamientos de belleza en Viena. La contactó. Luego de algunos señalamientos sobre las mejoras que deseaba, la mujer le dijo que todo tendría un costo de 180 euros (3,500 pesos).
El precio pasó a segundo término, lo que ella anhelaba era ya realizarse el procedimiento. No pensó en las reacciones que traería ni cuestionó la preparación de la mujer, que le ofreció un cambio por poco dinero.
Dilber se puso en manos de la esteticista eslovaca. Siguió las indicaciones al pie de la letra, no quería sorpresas. Tras el procedimiento, empezó a tener una jaqueca y los labios se le hincharon.
Murat, esposo de Dilber, la trasladó al hospital, pero los médicos minimizaron el cuadro y le hicieron saber que era parte del procedimiento al que se había sometido y con un poco de reposo y tranquilidad todo volvería a la normalidad. Así que la mujer de 28 años fue retornada a su hogar pese a que tenía los ganglios linfáticos inflamados.
Sin embargo, conforme pasaron las horas, el cuadro de Dilber empeoró. Murat la llevó nuevamente al hospital Donaustadt, donde la internaron.
Un día después los médicos reportaron la muerte de Dilber. Lothar Mayerhofer, director del hospital, indicó como causa de muerte, una “enfermedad autoinmune” que se desarrolló tras la inyección de labios. “No pudimos hacer nada por ella, fue una tragedia”, subrayó.
El doctor Mayerhofer agregó: “Si hay una lección que aprender de este trágico curso de los acontecimientos, es que es peligroso atenderse con personas sin experiencias”.
La mujer que realizó el procedimiento huyó y hasta ahora no se saber nada.