Quienes alguna vez en su vida han pensado que atraviesan una situación difícil y piensan en darse por vencidos en cumplir un propósito, bastaría conocer alguna parte de la historia de Elvira García Rodríguez, una mujer indígena que de niña huyó de su hogar para evitar un matrimonio forzado, durmió en la calle, pasó días sin comer y sufrió constante discriminación. Hoy a más de una década, convertida en abogada, regresó a su localidad a luchar por el respeto de los derechos humanos y en busca de impulsar el desarrollo comunal.
Elvira es originaria de la comunidad de El Naranjo del municipio de Cochoapa el Grande; de niña camino muchas horas para poder ir hasta la comunidad de Llano Grande de Juárez de su mismo municipio en el que estudió el nivel primaria, después su padre la llevó a Igualapa en la región de Costa Chica para seguir estudiando en el nivel secundaria.
Su vida, dijo, nunca fue fácil, desde niña vivió en constante discriminación, tanto por ser indígena como por ser mujer, ello marcó su vida desde niña y ha luchado por salir adelante y concluir una carrera universitaria.
Cuando tenía 14 años su padre trató de casarla en un acuerdo con otra familia, sin embargo, ella se negó y huyó de su hogar para venir a Chilpancingo, donde la discriminación no cesó, pudo entrar a estudiar en el CBTis con la intención de prepararse y buscar después ir a la escuela de medicina, sin embargo, su pobreza no se lo permitió, “nunca pude entrar a los laboratorios porque no tenía para el material.
Finalmente, la joven ingresó a la carrera de derecho en la Universidad Autónoma de Guerrero y más de una década después de haber abandonado su comunidad volvió a ella con una nueva ideología, con la capacidad de transmitir su historia para que no se repita más en otras mujeres indígenas y principalmente para organizar a las comunidades y que puedan lograr proyectar acciones de desarrollo.
Proyecto de ley que castiga el matrimonio forzado
Hace unos días la gobernadora Evelyn Salgado envió al Congreso una iniciativa de reforma legal que busca incluir en el código penal, el matrimonio Forzado o la cohabitación forzada como delito que se castiga con cárcel, sin embargo, la mujer indicó que antes de que esto se haga realidad se tiene que lanzar una campaña de información en los pueblos, porque el problema es que sus paisanos no están informados y cometen faltas sin saberlo.
Indicó que hasta el momento las acciones que ha lanzado el gobierno para frenar los matrimonios pactados entre familias, resultaron ineficaces y los matrimonios siguen, pero además indicó que estos pueden no ser del todo malos, pues también se tiene que considerar que las mujeres no tienen ninguna oportunidad de desarrollo en los pueblos y muchas veces las mujeres se casan porque es la forma de tener una estabilidad.
Entonces antes de que se haga una ley en este sentido se tiene que garantizar del acceso a educación, salud, empleo, y demás servicios que de manera implícita estarán erradicando prácticas que puedan ser consideradas violatorias del so derechos humanos o como quieren hacerlo en este caso de delitos.
Indicó que luego de que se conociera su caso, hasta en dos ocasiones la secretaria de la Mujer le ha llamado para pedirle que coordine los trabajos para difundir las acciones tendientes a erradicar la venta de niñas para el matrimonio, sin embargo le ha dicho que primero le especifique cuánto ganará por ello y el ofrecimiento salarial tiene que hacerse público porque de él ella destinará una parte para apoyar a los pueblos, “no quiero para mí, quiero que aunque sea poco mi labor pero con ello se pueda ayudar a mis paisanos”.
Publicado originalmente en El Sol de Acapulco