En la ciudad de Gómez Palacio, Durango, Jesús Contreras Luévanos, abuelo de un niño de 7 años de edad, pasó horas de sufrimiento y desesperación al ver que el pequeño luchaba por alcanzar la respiración a consecuencia de haberse tragado una moneda de 5 pesos que se le atoró en el esófago y sin que personal médico le brindara la inmediata atención al grado de que ya habían transcurrido cinco largas horas.
La amarga experiencia que al final terminó en gritos de alegría por extraer la moneda, después de toda una odisea y calvario para los padres del menor y su familia, no puede pasar desapercibida ya que es un accidente que puede pasarle a cualquier niño, además algunas instituciones médicas no cuentan con el equipo necesario para brindar apoyo.
Contreras Luévanos, recalcó que en esta ocasión tocó a su familia el desagradable suceso que al final quedó grabado en su memoria y que por ello, desea darlo a conocer para que las instituciones médicas cuenten con el equipo necesario, ya que pueden ocurrir accidentes similares y nada pueden hacer por carecer de los aparatos esenciales.
“Fue el día 28 de agosto en la mañana cuando mi nieto de 7 años de edad, por curiosidad y accidente se tragó una moneda y se le atoró en su esófago, por lo que en cuestión de minutos lo trasladé a la clínica 51 del Instituto Mexicano del Seguro Social, de la colonia Chapala”, mencionó.
Indicó que así permaneció aproximadamente 5 horas sin ser atendido donde únicamente le sacaron una radiografía y lo tuvieron sentado semiagachado en una cama e informando la coordinadora o supervisora que estaban esperando que de la clínica 71 de Especialidades de la vecina ciudad de Torreón, Coahuila, autorizaran el traslado de su nieto para que le realizaran una endoscopía, argumentando que solo en esa institución lo tenían al igual que el personal especializado para el manejo y lograr extraer la moneda.
“Esto provocó aun más el temor y enojo tanto en mi persona como en mi hija, por lo que desesperados les gritamos que les valía poco la vida de un niño y que por ello procederíamos a interponer la demanda penal por negligencia médica si se ponía más grave”.
Mencionó que al buscar otras alternativas en ese momento llamó a varias instituciones médicas y únicamente en el Sanatorio San José de Gómez Palacio me informaron que sí tenían el equipo necesario para realizarle una endoscopia, pero tenía un costo de cerca de 40 mil pesos y que tan solo para ingresarlo, tendrían que depositar 20 mil, además de tener que trasladarlo ellos mismos, ya que en ese momento no había ambulancia.
“Con amigos e integrantes de la familia, como pudimos logramos apenas reunir los 20 mil pesos, por lo que ya lo llevábamos a la institución cuando recibimos una buena noticia, de que el Hospital General de Torreón, sí contaban con dicho aparato y de inmediato procedimos al trasladarlo”.
Contreras Luévano agregó que fue otro trato el que recibieron, ya que en cuestión de minutos, el niño recibió la atención y el personal sacó aquella moneda que le dificultaba tener una respiración adecuada, por lo que así terminaron con tan amarga experiencia que no desean para nadie, y de que llegar a ocurrir toda institución debe estar preparada para realizar su trabajo y salvar una vida.
“Con esto quiero que se haga conciencia ante las instancias gubernamentales, ya que no es posible la falta de un endoscopio infantil en la mayoría de instituciones médicas de la Comarca Lagunera, poniendo en peligro la vida de niños y la falta de interés y sensibilidad humana del personal de las clínicas del Seguro Social, así como el afán de lucro de otros hospitales”, finalizó comentando el abuelo del menor.