En un tono desafiante, el jefe del Gobierno de Ontario, Doug Ford, advirtió que su provincia podría dejar de exportar energía eléctrica a Estados Unidos si Donald Trump, presidente electo de ese país, cumple con su amenaza de imponer aranceles del 25% a Canadá a partir de enero. Esta medida, según Ford, sería una respuesta directa para proteger la economía de Ontario y el sustento de los canadienses.
“Estamos mandando un mensaje claro a Estados Unidos. Si atacan Ontario y el sustento de nuestra gente, no dudaremos en utilizar todas las herramientas disponibles para defendernos”, señaló Ford en una rueda de prensa. Ontario, la provincia más industrializada de Canadá, provee energía suficiente para satisfacer las necesidades de 1.5 millones de hogares en estados como Michigan, Minnesota y Nueva York.
Un frente provincial dividido
Mientras Ontario adopta una postura agresiva, Alberta, otra de las principales provincias canadienses, ha optado por no limitar sus exportaciones energéticas a Estados Unidos, a pesar de que concentra las mayores reservas de petróleo y gas del país. Danielle Smith, jefa del Gobierno de Alberta, afirmó que no planea detener el flujo de petróleo, pero anunció la creación de una nueva unidad policial fronteriza equipada con drones, perros detectores de narcóticos y 50 agentes, con el objetivo de combatir el tráfico ilegal de drogas y personas.
Canadá exporta cerca de 4 millones de barriles de petróleo al día, el 97% de los cuales tienen como destino Estados Unidos. Este comercio energético convierte al país en un actor clave en la relación bilateral. Sin embargo, las tensiones podrían escalar si Trump cumple su promesa de imponer aranceles, justificados por él como una estrategia para frenar el tráfico de drogas e inmigrantes ilegales.
Reacción de Ottawa
La respuesta federal no se ha hecho esperar. Justin Trudeau, primer ministro canadiense, celebró una reunión con los líderes provinciales, quienes demandaron una “respuesta robusta” ante las amenazas de Washington. Chrystia Freeland, viceprimera ministra y ministra de Finanzas, confirmó que el Gobierno planea reforzar la seguridad fronteriza con una inversión de mil millones de dólares canadienses (710 millones de dólares estadounidenses). Además, Canadá prepara una lista de productos estadounidenses que podrían enfrentar nuevos aranceles si Trump cumple su amenaza el próximo 20 de enero.
La advertencia de Ontario y las medidas de Alberta subrayan el creciente desafío al que Canadá se enfrenta mientras busca equilibrar su papel como socio comercial estratégico y proteger sus intereses nacionales. La situación, a medida que se acerca la asunción de Trump, pone en jaque una relación económica clave entre ambos países.