Huesos, “tierra negra”, cráneos, cruces, piezas de mármol, artículos de herrería que son rematados en el fierro viejo y hasta cadáveres —como el del pequeño Tadeo— son comercializados en los panteones de la Ciudad de México; en algunas ocasiones son “rentados” para presuntos ritos satánicos y hasta es posible obtener un lugar para un entierro clandestino.
Así lo revelaron vecinos del Panteón 20 de Noviembre, ubicado en la alcaldía Tlalpan. Aseguraron que con frecuencia por las noches se ven “movimientos extraños”, a los cuales ya se acostumbraron.
Bajo anonimato, un panteonero expuso que hay un sector que practica la santería y son quienes con frecuencia acuden a los cementerios a pedir desde tierra, “hasta un hueso”.
Reveló que —una bolsa de medio kilo— puede costar en el mercado negro 200 pesos; un hueso de cualquier parte del cuerpo y dependiendo de las condiciones en las que se encuentre, 500 pesos, y un cráneo —lo más pedido— oscila entre mil 500 a 2 mil pesos. “No se pide todos los días ni cada fin de semana, es en ocasiones cuando alguien llega a pedir eso.
“Y quienes lo venden, se lo encuentran en los alrededores porque luego el panteón se llena y para ocupar un lugar hay que escarbar donde estaba un muerto y de ahí es como salen los huesos”, dijo el entrevistado, quien pidió ser identificado como Ramiro y tiene más de 20 años como sepulturero.
Los panteones de la capital cobraron relevancia en los últimos días debido a la exhumación del cuerpo del bebé Tadeo en Iztapalapa, posteriormente hallado en un penal de Puebla.
Por esto, diversos ediles anunciaron un reforzamiento en la seguridad de los cementerios. Incluso, la alcaldía Tlalpan, a cargo de Alfa González, informó que hasta el momento no han tenido ningún incidente de exhumación de cadáveres o hurtos en panteones, ni nada parecido al robo del bebé Tadeo.
El sepulturero entrevistado detalló que en los panteones de Milpa Alta, Tláhuac e Iztapalapa se consigue con facilidad todo lo que buscan los creyentes de la santería, pues en esos puntos la vigilancia es casi nula.
“Las cosas que luego piden son para cosas de santería, eso es obvio, nadie te pide cosas de un panteón como recuerdo o para guardarlo en su casa. Eso ha sido desde siempre, pero creo que ahora con lo del bebé volvió a tomar revuelo, por eso ya anunciaron que hay más vigilancia, pero hay panteones a los que uno puede entrar fácil y sin problema se roban las cosas.
“Para unos panteoneros es como un negocio extra, porque luego los sueldos son muy bajos y nadie se acuerda de quienes están aquí enterrados, más que en Día de Muertos, ¿cuándo vienes a ver a tus muertos? nunca y menos ahora que no hay tiempo. Algunas familias todavía vienen los domingos y los primeros meses de cuando alguien se muere, luego se olvidan”.
En los alrededores de este lugar, los vecinos revelaron que en ocasiones se realizan las llamadas “misas negras”, pues ven entrar y salir a gente extraña a altas horas de la noche.
“Hay gente muy rara que cree en eso de la brujería y sí, luego se ven movimientos en la medianoche o en la madrugada, pero la verdad quién sabe. Creo que lo único que deben hacer las autoridades es poner más vigilancia y listo”, añadió Martha, quien toda la vida ha vivido frente al panteón.
La Fiscalía General de Justicia capitalina (FGJ) abrió durante 2021 únicamente siete denuncias por robo en panteones —las cuales no se especifica el objeto sustraído—, las cuales hasta el momento siguen sin resolverse y sin imputar a nadie.