El temporal deja al menos 62 muertos en la localidad valenciana, donde la falta de recursos y el clamor por ayuda urgen la intervención de autoridades y voluntarios.
Las recientes lluvias torrenciales en el este de España han convertido a Paiporta, una pequeña localidad valenciana de 29,000 habitantes, en el epicentro de la catástrofe. Con al menos 62 fallecidos en esta comunidad y daños incalculables, la situación sigue siendo crítica mientras los habitantes claman por ayuda urgente.
Las tormentas, provocadas por una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), han cobrado la vida de 205 personas en Valencia, Albacete y Cuenca. Paiporta, ubicada 5 kilómetros al sur de la ciudad de Valencia, ha sido una de las localidades más afectadas, con un número de fallecidos que representa más de una cuarta parte de la cifra total.
La tragedia en Paiporta: atrapados y sin ayuda suficiente
“Necesitamos grúas y personal de rescate para quitar el lodo que todavía cubre las calles”, explica Melissa Flores, una residente colombiana. “Hay personas que llevan días atrapadas porque nadie ha movido los vehículos y escombros”, relató con desesperación a medios locales. Flores también destacó la falta de servicios esenciales: “No hay electricidad, no hay agua y la comunicación es deficiente”.
La alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat, describió la escena como “apocalíptica” y lamentó que la ayuda no esté llegando por el estado intransitable de las calles. “Las plantas bajas están anegadas, los comercios arrasados, y aún estamos levantando cuerpos”, declaró. La alcaldesa advirtió que el número de víctimas podría ser superior a la última cifra oficial, dado que algunas personas siguen atrapadas en sótanos y garajes.
Entre los fallecidos se encuentran seis ancianos de una residencia, quienes no pudieron escapar cuando el agua invadió la planta baja. Albalat también denunció que, ante la crisis, se han producido saqueos y robos en algunos establecimientos.
Voluntarios en redes sociales y apoyo local
En medio del caos, un rayo de esperanza ha surgido gracias a la ayuda de voluntarios. Jóvenes de localidades cercanas, organizados a través de redes sociales, llegaron a Paiporta para distribuir agua, comida y colaborar en las labores de limpieza. Sin embargo, muchos residentes, como Sergio y Miriam, enfrentan dificultades: sus viviendas siguen inundadas, y la escasez de bombas de agua retrasa la recuperación de sus hogares. “Tememos que la fachada se derrumbe si no sacamos el agua pronto”, dijeron al diario Las Provincias.
Paiporta, vulnerable a las inundaciones
La ubicación geográfica de Paiporta agrava la situación. La localidad recibe aguas del barranco del Poyo, un arroyo que suele permanecer seco, pero que, durante lluvias intensas, puede transformarse en un torrente incontrolable. La tarde del martes, el nivel del agua subió de unos pocos centímetros a más de metro y medio en apenas cinco minutos, arrasando con puentes, vehículos y mobiliario urbano.
“De lo que se ve en televisión, esto es el triple. He estado seis horas subido a un árbol viendo cuerpos flotando”, confesó un residente, quien, entre lágrimas, pidió que se acelere la llegada de ayuda.
La espera de apoyo gubernamental
En Paiporta, muchos se preguntan dónde están las fuerzas del Ejército, ya que se requiere maquinaria pesada para despejar las calles y asegurar las zonas. La alcaldesa ha habilitado una planta del centro de salud local para atender emergencias y se ha iniciado un servicio de reparto de agua potable, pero la falta de recursos hace cada día más difícil la recuperación. Albalat reconoció que el camino hacia la normalidad será largo: “Vamos a salir, pero no sé ni cuándo ni cómo”.
Mientras tanto, el pueblo permanece unido, aferrado a la esperanza de que, aunque la ayuda llegue lentamente, Paiporta logrará superar esta tragedia histórica.