En una inesperada incursión en temas políticos, la conductora de espectáculos Pati Chapoy provocó una fuerte ola de reacciones al manifestarse abiertamente contra la elección judicial programada para el 1 de junio, proceso impulsado por el nuevo gobierno federal como parte de su ambiciosa reforma al Poder Judicial.
Desde su cuenta oficial en la red social X, Chapoy publicó imágenes con mensajes contundentes: “No votes en la farsa judicial. No seas cómplice de los pende…”, junto a otra imagen que afirma: “No regalaré mi dignidad ni ayudaré a validar la elección de jueces, magistrados y ministros. No iré a votar y espero que millones no lo hagan. Es un fraude desde que decidieron cambiar la Constitución”.
Sus declaraciones se difundieron apenas unas horas después del llamado de la presidenta Claudia Sheinbaum a participar activamente en el proceso, subrayando la importancia del voto como herramienta democrática.
Críticas, burlas y respaldo
Las reacciones no se hicieron esperar. Algunos internautas criticaron duramente a Chapoy por considerar su postura como “antidemocrática”, y la acusaron de seguir una línea dictada por Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, empresa donde labora desde hace décadas.
“A los empleados de TV Azteca no los escuchen, tienen línea de Salinas Pliego”, comentó un usuario. Otro calificó su postura como “incongruente, contracívica y ofensiva”.
Sin embargo, también hubo muestras de apoyo: “Se necesitan muchos pantalones para ser figura pública y postear algo así”, escribió un seguidor. Otros coincidieron con su mensaje: “Ya para que hasta la Chapoy lo diga, es que realmente es una farsa”.
Más allá del espectáculo
Aunque Pati Chapoy es conocida por su trayectoria en el periodismo de espectáculos, su intervención en este debate nacional abre una nueva discusión: ¿deben las figuras públicas del entretenimiento opinar sobre temas políticos? ¿Y qué peso tienen sus opiniones en la conversación pública?
En medio de una polarización creciente, el mensaje de Chapoy confirma que el proceso electoral del 1 de junio no solo se juega en las urnas, sino también en las redes, donde cualquier postura –venga de donde venga– puede encender un debate nacional.