Acapulco, Guerrero.-
En medio de los escombros que dejó el huracán ‘John’, la tragedia parece repetirse para muchos acapulqueños que, como Marbeli Gallegos, lo han perdido todo por segunda vez en menos de un año.
“Esto es una desgracia. El agua se lo llevó todo. ¡Todo!”, exclama Marbeli, una comerciante de 50 años que, antes del paso del huracán, tenía un pequeño puesto de artesanías en Playa Revolcadero, uno de los puntos más afectados por el desastre natural.
El 24 de septiembre, ‘John’ azotó Acapulco con una fuerza devastadora, dejando al menos 15 muertos y daños millonarios en numerosas colonias de este puerto turístico. El impacto emocional en la población es profundo, ya que en octubre del año pasado otro huracán, ‘Otis’, también había causado estragos en la ciudad.
“En menos de un año lo hemos perdido todo dos veces”, lamenta Marbeli mientras observa lo que quedó de su negocio: un puñado de escombros, paredes destruidas y fierros retorcidos.
La devastación provocada por ‘John’ ha sido especialmente severa en esta área, donde el mar se llevó por completo una calle que desembocaba en la playa, arrastrando varios locales comerciales. “Otis también nos afectó, pero no tanto. Esta vez, ‘John’ trajo demasiada agua, tierra y lodo. Estuvo lloviendo cuatro días sin parar”, relata la comerciante.
En la misma playa, Gabriela Palma, otra comerciante de 50 años, describe la situación como crítica. “Apenas nos estábamos levantando de ‘Otis’ cuando llegó John, y fue aún peor. ‘Otis’ nos dejó en pie los puestos, pero John destruyó todo. Mire nuestros locales: son pérdida total”, afirma Palma, quien tenía un restaurante y una miscelánea.
Las pérdidas de Playa Revolcadero
La escena es desoladora: una carretera completamente destruida y semihundida en el agua, lo que queda de baños públicos colapsados, y una laguna que ahora luce como una enorme masa de escombros.
“Perdí mi patrimonio y mi fuente de trabajo”, lamenta Tomasa Lorenzo, de 65 años, quien había trabajado en esos baños por 45 años, según publica Animal Político.
Los vecinos de la zona, ahora privados de sus medios de subsistencia, han recurrido a soluciones temporales, como la pesca en la laguna para alimentarse. Sin embargo, la ayuda gubernamental, aunque en marcha, parece insuficiente y no llega con la rapidez que los damnificados necesitan.
Según reportes oficiales, la Guardia Nacional y el Ejército han distribuido 130 toneladas de víveres en Guerrero, mientras que la Secretaría de Marina ha entregado miles de despensas y litros de agua. Sin embargo, en Playa Revolcadero y otras zonas afectadas, los vecinos aseguran que la ayuda es escasa.
“Aquí nadie nos ayuda. Una semana ya, y nada. ¡Ni una despensa!”, reclama Tomasa.
Una visita presidencial sin recorrido a las zonas afectadas
La presidenta Claudia Sheinbaum visitó Acapulco el 2 de octubre como parte de su gira para evaluar los daños ocasionados por ‘John’. Su visita dejó un sabor amargo en muchos damnificados, ya que no realizó recorridos por las zonas más afectadas.
“Necesitamos que Sheinbaum voltee a mirar para acá, porque aquí todo es pérdida total y nos hemos quedado sin trabajo”, implora Tomasa, reflejando el sentimiento de abandono que prevalece entre los afectados.
La presidenta se reunió con autoridades locales y estatales en la base naval de Acapulco, cerca de la zona turística de la costera Miguel Alemán, pero optó por no visitar las colonias devastadas. Al salir, su convoy fue recibido por una multitud dividida entre quienes coreaban su nombre y quienes se marcharon decepcionados tras horas de espera, esperando una ayuda que aún no llega.
En colonias como Alta Progreso y Kilómetro 21, la situación es igualmente crítica. Los residentes permanecen incomunicados y claman por ayuda urgente. Mientras tanto, el puerto de Acapulco se enfrenta a una recuperación incierta, bajo la sombra de un nuevo desastre que ha golpeado una ciudad ya herida.