Un plan del gobierno de México para tratar de enfriar la creciente inflación ha costado casi 575,000 millones de pesos al Estado (unos 28,000 millones de dólares) y ha logrado mantener al indicador 2.6 puntos por debajo de su nivel actual de poco más del 8%.
En una presentación en la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno dijo que del monto total del costo del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic) unos 430,000 millones de pesos han sido por el subsidio a las gasolinas y 73,000 millones de pesos a la electricidad doméstica.
A inicios de mayo, López Obrador lanzó el plan temporal para abatir la inflación que fue pactado con las principales empresas de alimentos del país y que incluyó la promesa de aumentar la producción de granos como el maíz y el frijol, así como el arroz y descartó la aplicación de controles de precios.
El mandatario dijo entonces que el Pacic buscaría garantizar que la canasta básica de alimentos tenga un “precio justo”, mientras que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, aseveró que las medidas tendrían una duración inicial de seis meses prorrogables.
No obstante, la inflación no ha dado tregua y se ubicó en un 8.16% hasta la primera mitad de julio, alimentando las expectativas de que el banco central vuelva a aumentar su tasa clave de interés, que analistas prevén cierre el año en un 9.5%.
Sin este paquete, la inflación habría sido 2.6 puntos porcentuales mayor a lo que hoy es de 8.16% por eso es que entre otras razones la inflación de México es menor a la de otros países”, dijo Ramírez de la O durante la conferencia del martes.
Agregó que como hay “buenos resultados” serán reforzados algunos puntos al programa que contempló no aumentar los costos de los energéticos; acelerar la apertura a las importaciones de bienes básicos; limitar las exportaciones de maíz blanco para tener una reserva estratégica y asegurar acuerdos con Estados Unidos para asegurar más leche y fertilizantes.