El recientemente lanzado “Chocolate del Bienestar”, promovido por el Gobierno federal, se ha convertido en el centro de una fuerte controversia tras ser etiquetado con tres sellos de advertencia por su alto contenido calórico, de azúcares y grasas saturadas. La situación ha encendido el debate público y ha generado críticas hacia la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha impulsado una política de salud alimentaria que busca restringir el consumo de comida chatarra, especialmente en escuelas.
Durante “La Mañanera del Pueblo” del pasado 4 de abril, la mandataria respondió a las críticas defendiendo la distribución del producto y aclarando que, a pesar del etiquetado frontal, el chocolate contiene un mayor porcentaje de cacao que otros productos comerciales disponibles en tiendas. “Es cacao con un poco de azúcar para saborizar”, explicó Sheinbaum, en referencia a su contenido.
Los cuestionamientos surgieron luego de que usuarios en redes sociales señalaran una aparente contradicción con la campaña federal “Vive Saludable, Vive Feliz”, que pretende erradicar el consumo de alimentos ultra procesados en planteles educativos. La presencia de este nuevo producto —con sellos que advierten riesgos a la salud— ha sido vista por algunos como un mensaje contradictorio de parte del gobierno.
Sheinbaum aseguró que el etiquetado cumple con las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) y reiteró que el chocolate del bienestar no busca fomentar el consumo excesivo de azúcar. Además, precisó que estará disponible únicamente en tres presentaciones: de mesa, en barra y en polvo, como parte de una estrategia limitada y regulada.
Críticas desde el ámbito político
La polémica escaló cuando el actor y activista político Eduardo Verástegui arremetió contra el programa gubernamental a través de la red social X. En un mensaje cargado de crítica, acusó al gobierno de desviar su atención hacia la defensa de productos como el chocolate, en lugar de enfocarse en combatir la corrupción y la inseguridad. “¡Ahora el Narco-Estado producirá chocolates!”, escribió, agregando que el producto simboliza “el cinismo de un sistema mediocre”.
Mientras tanto, la discusión se mantiene activa entre sectores que aplauden la iniciativa por promover productos con mayores niveles de cacao —considerado benéfico en su forma pura— y aquellos que cuestionan la lógica de distribuir artículos con alto contenido calórico en un país con elevados índices de obesidad y diabetes.
El debate en torno al Chocolate del Bienestar no solo refleja una preocupación por la salud pública, sino también una pugna política sobre las prioridades y coherencia del actual gobierno en materia de bienestar social.