La sequía que se vive en parte de México sumado a la mala calidad del agua potable en algunos estados provocó que el negocio de las purificadoras creciera exponencialmente en los últimos años, sin embargo, especialistas advierten que esto está generando serios problemas de salud debido a que un gran número no cuentan con los permisos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), operando de forma clandestina.
Otro de los factores es el aumento de los precios en los productos de las marcas comerciales, ya que, actualmente, en promedio, un garrafón de 20 litros cuesta de 55 pesos a 60 pesos, cuando rellenarlo tiene un costo de entre 10 y 15 pesos, un ahorro peligroso, debido al gasto que se podría generar por la visita al médico y medicinas. En 2020 el precio de un garrafón oscilaba los 40 pesos.
De acuerdo con estudios del Instituto Politécnico Nacional y de la Secretaría de Salud, en estos establecimientos se han encontrado contenedores infectados con bacterias coliformes, E. Coli y materia fecal, lo que provoca enfermedades como: amebiasis, hepatitis, cólera, shigelosis, salmonelosis y, en un consumo continuo, hasta cáncer de riñón y vejiga.
Entre los síntomas que presentan las personas se encuentran: malestar o calambres abdominales, fiebre, vómito, diarrea, pérdida de peso y fatiga.
La Asociación Mexicana para la correcta Hidratación destaca que las enfermedades gastrointestinales son el tercer padecimiento más común entre los mexicanos, lo que se ve reflejado en las cifras que da a conocer semanalmente la Secretaría de Salud, ya que hasta la semana 15 de 2024, se reportaron un millón 230 mil 327 nuevos casos que se atribuyen al consumo de agua contaminada, deficiente saneamiento básico, manejo inadecuado de higiene de los alimentos, falta de hábitos de limpieza y malnutrición.
Infografía que muestra el proceso básico de purificación del agua.
HAY MÁS DE 24 MIUL PURIFICADORAS EN MÉXICO
De acuerdo con datos proporcionados a Excélsior por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México se tienen contabilizadas 24 mil 217 purificadoras —cifra que podría ser mucho mayor—, siendo la Ciudad de México la que más tiene con 2 mil 547. Lo que significa un aumento de 33%, luego de que en 2020 se tuvieran registradas 16 mil en todo el país.
En febrero pasado, la Agencia de Protección Sanitaria de la Ciudad de México (AGEPSA) informó que en lo que va de la actual administración realizaron 802 verificaciones sanitarias a purificadoras de agua en las 16 alcaldías, de las cuales 285 fueron suspendidas, lo que representa un 25% de estos negocios que carecen de un control de calidad adecuado.
Los permisos más comunes que con los que debe cumplir una purificadora de agua —que tienen un costo de inversión de entre 50 mil y 100 mil pesos—, dependiendo de su ubicación, tamaño y otros factores son: registro sanitario otorgado como la Cofepris, permiso de uso de suelo por parte de las autoridades locales, alta ante el Servicio de Administración Tributaria, Normas Oficiales Mexicanas (NOM), permiso ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y permiso de descarga de agua y el visto bueno de Protección Civil.
Dentro de las certificaciones que deben tener los negocios se encuentran las: NOM-117-SSA1-1994, NOM-127-SSA1-2021, NOM-179-SSA1-2020, NOM-201-SSA1-2015 y la NOM-230-SSA1-2002.
Mientras tanto, el proceso con el que deben contar es el de desinfección mediante cloro para reducir o eliminar los microorganismos, tales como bacterias y virus.
Filtración por medios granulares, donde se elimina los sólidos suspendidos en el agua. Los medios granulares más comunes son arena sílica, zeolita, antracita, granate (garnet) o la combinación de algunos de ellos en lo que se denomina un lecho multimedia.
Carbón activado granular (CAG) para absorber compuestos orgánicos que pueden ser tóxicos o producir color, olor o sabor al agua. El cambio de CAG debe ser realizado una vez por año.
La Suavización consiste en reducir la dureza del agua mediante la osmotización y evitar el mal sabor e incrustaciones en el equipo.
Un proceso similar es la ósmosis inversa, la cual se aplica cuando se busca disminuir la concentración de sales hasta en un 99%. De acuerdo con especialistas “las grandes marcas han acostumbrado al público al sabor característico de aguas con bajo contenido en sales.
Ozono. En esta parte del tratamiento, el agua ya está purificada y es apta para ver, pero es necesario utilizar este método de desinfección para proteger el agua contra contaminación bacteriana por fuentes externas posteriores.
Y por último, el Esterilizador luz ultravioleta UV que funciona como una segunda barrera de protección previo al embotellado. Aquí el agua pasa a través de una cámara que integra una fuente de luz UV para impedir la proliferación bacteriana.
Cabe mencionar que este sistema utilizado en el proceso de purificación es el más usual y el mínimo con el que deben contar las purificadoras de agua para ofrecer agua potable de calidad, ya que, en la mayoría de los casos, estos negocios recurren a pipas, las cuales también operan de forma clandestina al no estar registradas ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Todos los negocios deben tener de forma visible los sellos de la Cofepris y la Secretaría de Economía y en caso de cualquier anomalía se puede reportar a la Cofepris al 800 0335050 y elegir la opción del menú denuncia sanitaria.
Infografía que muestra las afectaciones al cuerpo por beber agua no purificada.