El apoyo del gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a la propuesta de liberar la patente de las vacunas anticovid ha generado polémica en todo el mundo , donde países como Rusia o Francia apoyan la propuesta, sin embargo las farmacéuticas, que ahora han registrado caídas en las bolsas mundiales, se niegan a la suspensión.
El anuncio de Estados Unidos apoya la propuesta presentada en octubre por India y Sudáfrica ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), para suspender la propiedad intelectual de las vacunas contra el Covid-19, en aquella ocasión la iniciativa logró el apoyo de un centenar de gobiernos pero las máximas potencias como Estados Unidos, la Unión Europea, Suiza, Japón, entre otros, se negaron.
Seis meses después Estados Unidos, que ha administrado más de 250 millones de dosis de vacunas anticovid, aceptó la propuesta en la que se compromete a trabajar con la OMC para suspender temporalmente las patentes.
“Esta es una crisis de salud global y las extraordinarias circunstancias que rodean a la pandemia requieren de medidas excepcionales”, señala el texto presentado por la Casa Blanca.
Sin embargo, el sector farmacéutico está en contra de esta liberación, pues la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA) calificó de decepcionante el apoyo de Biden.
En un comunicado, el organismo aseveró que una medida de este tipo no aumentará la producción de dosis y, por el contrario, puede llevar a la desorganización en la producción.
Pero… ¿Qué implica liberar la patente?
Primero, es necesario saber que las patentes dan a sus titulares la exclusividad para fabricar un producto durante un plazo de tiempo determinado, normalmente son 20 años desde que se registra el fármaco en el sector de los medicamentos.
La suspensión implica que esta exclusividad deja de tener efecto y que cualquier otra empresa en el mundo puede empezar a producir el producto, en este caso las vacunas, sin riesgo de sanciones.
La iniciativa destaca la importancia de que los países menos desarrollados puedan ser autosuficientes y desarrollar sistemas productivos propios, lo que se podría realizar quizás hasta el fin de la pandemia.
Los derechos de las patentes están contemplados en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIPS, en inglés).
El TRIPS, firmado en 1994, está incluido en el acuerdo general que fundó la OMC en 1995 y su suspensión significaría en la práctica que las fórmulas de fabricación de los distintos fármacos contra el COvid-19 pueden copiarse libremente, sin necesidad de compensar por ello a las productoras originales.
¿Qué se requiere para liberar la patente?
La suspensión de patentes es un mecanismo previsto en el seno de la OMC que requiere, primero, la voluntad política de todos los gobiernos y, posteriormente, de complejas negociaciones para acordar los detalles de la medida, que no tiene por qué cerrar todas las opciones de negocio del sector.
Una vez negociada la decisión, se tendría que aclarar por cuánto tiempo sería liberada la patente y si todos los países se acogen a la suspensión.
De aprobarse, ¿Cuánto tiempo tardía en proceso?
Las negociaciones no solo serían prolongadas sino que también es posible que resulten en una exención que sea significativamente más reducida en alcance y de menor duración que la inicialmente propuesta por India y Sudáfrica, dijeron expertos en comercio.
Otra complejidad, es el proceso de producción de las vacunas, especialmente aquellas que utilizan la novedosa tecnología del ARN mensajero, como las de Pfizer-BioNTech y Moderna.
Pues sería necesario transferir el conocimiento sobre cómo hacerlo, lo que suele llevar varios meses, incluso cuando son las propias empresas las que han llegado a acuerdos para hacerlo.
Otro argumento utilizado por el sector farmacéutico es que no hay muchas empresas ni países con capacidad y tecnología para empezar a producir vacunas.
¿Hay precedentes?
El único precedente similar se produjo hace más de dos décadas cuando se permitió a países como la India exportar antirretrovirales genéricos, pero solo a los países menos desarrollados.
Con información de Agencias y El País