Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), el 52% de los deportados en 2024 no contaba con antecedentes penales, lo que contradice el argumento del presidente de priorizar a migrantes con historial delictivo. De las 271,484 personas expulsadas el año pasado, muchas sólo habían infringido la ley al carecer de un estatus migratorio legal.
Situación de los migrantes en Estados Unidos
En la actualidad, más de 11 millones de personas residen en Estados Unidos sin documentos. De este total, el 77% ha vivido en el país durante más de cinco años, lo que evidencia que muchas de estas familias han construido sus vidas en territorio estadounidense. Además, unos 6 millones cuentan con permisos temporales de residencia, entre ellos 2.6 millones que aguardan la resolución de solicitudes de asilo político.
Una población particularmente vulnerable es la de los beneficiarios del programa DACA, que protege a jóvenes migrantes que llegaron al país siendo menores de edad. Este programa, que beneficia a unas 540,000 personas, enfrenta incertidumbre bajo las políticas migratorias que busca implementar la administración de Trump.
Impacto en las ciudades santuario
Trump ha indicado que se llevarán a cabo redadas masivas en ciudades consideradas santuario, como Nueva York, Chicago y Los Ángeles, desafiando la autonomía de estas urbes, que han adoptado medidas para proteger a los migrantes indocumentados. Estas ciudades han permitido a los indocumentados acceder a servicios básicos y obtener identificaciones estatales, e incluso licencias de conducir en algunos casos.
Sin embargo, la amenaza de redadas en espacios residenciales y laborales marca un cambio significativo respecto a las políticas de administraciones previas, que concentraban las deportaciones en la frontera sur y se centraban en los migrantes recién llegados.
Tendencias en la migración
Si bien el 40% de los migrantes indocumentados en Estados Unidos son originarios de México, en la última década se ha registrado una disminución del 28% en su número. Por otro lado, las llegadas de venezolanos han crecido un 433%, mientras que las de colombianos han aumentado un 85%.
Estas dinámicas migratorias, junto con las estrictas medidas de control impulsadas por la Casa Blanca, reflejan un panorama complejo para los migrantes y sus familias. Organizaciones defensoras de los derechos humanos han advertido sobre las graves consecuencias humanitarias que podrían derivarse de estas políticas en los próximos años