Su renuncia al gobierno de Boris Johnson en julio pasado fue el principal detonante de la caída del carismático líder conservador. Luego, su derrota en la carrera por liderar al partido puso a Liz Truss al frente del gobierno británico. Ahora, tan solo tres meses después del inicio de la crisis política, Rishi Sunak es el que ríe último.
Este martes recibió oficialmente el encargo del rey Carlos III para formar un nuevo gobierno. Es el primer primer ministro nombrado por el nuevo monarca.
Es también el primero de origen indio en ocupar el cargo de primer ministro y con 42 años es el más joven en más de 200 años en llegar al número 10 de Downing Street, la sede del gobierno.
El exministro de Finanzas es el tercero en ocupar el cargo en apenas siete semanas, tras las renuncias de Boris Johnson y Liz Truss.
Durante su primer discurso, ya como primer ministro, se comprometió a unir al país y subrayó que Reino Unido se enfrenta a “un profundo desafío económico”.
Al igual que hizo el lunes, elogió a su predecesora por tener el “noble objetivo” de querer mejorar el crecimiento económico del país.
Pero, agregó “se cometieron algunos errores”. “No nacidos de mala voluntad o malas intenciones, todo lo contrario. Pero errores al fin y al cabo”, agregó.
Sunak dijo que está decidido a “arreglar” esos errores.
Tras la renuncia de Liz Truss el jueves, el lunes se dio a conocer que Sunak había conseguido el apoyo de más de 100 parlamentarios conservadores para convertirse en el nuevo líder del Partido Conservador y, por tanto, primer ministro.
Pocos habrían vaticinado este desenlace cuando los afiliados al Partido Conservador eligieron en septiembre a Truss por encima de este analista económico que representa en el Parlamento al condado de Richmond, en Yorkshire.
Pero, también, pocos imaginaban la gravedad de la crisis que sufrió la economía británica durante el breve período de la ahora ex primera ministra, cuya intención de bajar considerablemente los impuestos no fue bien recibida por los mercados y provocó una caída estrepitosa de la libra esterlina.
Uno de los que predijo estas turbulencias fue el mismo Sunak.
Durante la campaña contra Truss, él prometió que no reduciría los impuestos hasta que la inflación estuviera bajo control, lo que quizás le costó el “voto duro” de los conservadores pero le granjeó una imagen de “un administrador responsable” de las finanzas públicas.
Incluso en una entrevista con la BBC, el exsecretario de Hacienda de Boris Johnson dijo que prefería perder la carrera por el liderazgo de su partido antes que “ganar con falsas promesas”.
En ese momento, Truss lo acusó de asustar a los votantes con su “proyecto de miedo”. Hoy, los mismos conservadores parecen estar lo suficientemente asustados con la situación económica actual como para mirar con otros ojos la cautela de Sunak.
La propia Truss felicitó a Sunak este mismo lunes y le ofreció todo su apoyo