Raizel Calago es una joven de 16 años que parece de 50 debido a que sufre de un raro trastorno genéticodegenerativo que acelera el envejecimiento.
Llamado ‘progeria’, el trastorno genético apareció en el cuerpo de Raizel Calago como un sarpullido y rápidamente surgieron las arrugas en su cara, cuello, brazos y estómago.
Todo pasó muy rápido, Raizel Calago envejeció en dos años y de concursar en certámenes de belleza, comenzó a sentir vergüenza al salir de casa.
Ahora, ante las constantes preguntas de sus amigos, con quienes ya no sale, Raizel Calago decidió aparecer en televisión para aclarar todas las dudas sobre sutrastorno genético.
¿Qué provoca el trastorno genético del envejecimiento? Raizel Calago lo explica
Raizel Calago, una joven de 16 años con ‘progeria’; trastorno genético del envejecimiento, explicó el televisión sus síntomas.
No se trata sólo de cómo te ves, pues Raizel Calago sufre de fuertes dolores en la espalda. Lo más extraño es que sólo existen 200 casos de este trastorno genético en todo el mundo.
“Me preguntan por qué mi aspecto envejeció. No les respondo porque tampoco sé qué pasó”RAIZEL CALAGO.
La manifestación más destacada del trastorno genético ‘progeria’ es el arrugamiento o envejecimiento de la piel y el retraso en el crecimiento.
En consecuencia, más allá de preocuparse por su aspecto físico, Raizel Calago debe prestar a los peligrosos síntomas como:
- Un ataque al corazón
- Insuficiencia cardíaca
- Accidente cerebrovascular
- Osteoporosis
Lo anterior, porque los huesos y las articulaciones pueden pender densidad ósea rápidamente y lo peor es que no hay una cura para el trastorno genético del envejecimiento.
Raizel Calago ahora sabe que su cuerpo está creciendo de forma acelerada y lo único que puede hacer es tratar tanto los problemas cardiovasculares como los esqueléticos.
“No culpo a mis padres porque ellos tampoco saben mucho de esto”RAIZEL CALAGO.
Por ello, ha abierto una cuenta bancaria para recibir donaciones que le permitan costear tanto las visitas médicas como los medicamentos, pues dice, superan sus posibilidades.
En cuanto a sus padres, ninguno de ellos presenta el trastorno genético del envejecimiento ni recuerdan que en su familia haya existido.