Un estudio de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación del Gobierno de México ha identificado altas concentraciones de ceniza y humo de hidrocarburos en el rancho Izaguirre de Teuchitlán, lo que refuerza las denuncias de que el sitio pudo haber sido utilizado como un centro de exterminio por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El análisis, al que tuvo acceso El País, señala que desde 2019 se registraron alteraciones en el terreno que coinciden con los puntos donde, a principios de marzo, familiares de desaparecidos hallaron cientos de fragmentos óseos. Estas áreas aparecen marcadas en imágenes satelitales, en los mismos sitios donde colectivos de búsqueda han señalado la existencia de crematorios clandestinos.
Un centro de exterminio negado por el Gobierno
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco ha insistido en que el rancho funcionó como un centro de exterminio del narcotráfico, mientras que el gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha evitado el uso de este término, refiriéndose únicamente a la propiedad como un centro de entrenamiento del CJNG. Esta postura ha generado una fuerte controversia en un país marcado por dos décadas de violencia extrema y miles de desaparecidos.
El hallazgo ha intensificado la presión sobre las autoridades para que investiguen a fondo el caso y brinden respuestas a las familias de las víctimas. Mientras tanto, el rancho Izaguirre sigue bajo resguardo de las autoridades, a la espera de nuevas diligencias que confirmen la magnitud del horror descubierto en Teuchitlán.