MÉXICO.
Un día después de los incendios que afectaron parte del Templo de la Santa Veracruz –inmueble fundado por Hernán Cortés en el siglo XVI, donde se resguardan los restos de Manuel Tolsá y de Ignacio López Rayón, así como un archivo del siglo XVI y obra artística de Miguel Cabrera– el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) contrató, por asignación directa, a la empresa Tares para realizar los trabajos urgentes de restauración.
Al respecto, Arturo Balandrano, titular de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura, detalló a Excélsior que el siniestro será cubierto por una nueva póliza de un seguro contratado por el INAH con la compañía Agroasemex, institución nacional de seguros “que tiene como misión proteger el patrimonio”, la cual cubre “eventos catastróficos, excepto sismos”, con la cual ayer iniciaron el proceso de conciliación para definir los montos para la restauración.
La secretaria (Alejandra Frausto) nos dio instrucciones de que se inicien las acciones de la empresa que tenemos que contratar para que haga la obra de restauración y los trabajos. Ayer mismo (domingo) le pedimos a la empresa que iniciara el resguardo y el traspaso… porque vamos a sacar los bienes muebles que ya estaban resguardados y los vamos a colocar en la Iglesia de San Juan de Dios para atender los daños del incendio”, dijo Balandrano, pese a que este inmueble registra afectaciones por los sismos de 2017.
En su opinión, “el templo de la Santa Veracruz no ha estado abandonado, sino que hemos trabajado en el proyecto de restauración y lo vamos a recuperar, como ha sido con todos los demás”.
¿Cuándo tendrán el dictamen?, se le preguntó. “En el transcurso de la semana, probablemente el viernes”.
¿Por qué, si el edificio es tan valioso, no tiene vigilancia? “El templo es un tesoro de la nación, una arquitectura virreinal con gran valor histórico, religioso y social, pero hay un problema social por indigencia, a nivel de calle en esta plaza. La gente vive y duerme aquí, y aprovecharon que el inmueble estaba cerrado para introducirse. Creemos que (entraron) por las azoteas y ésa es la razón del incendio”, apuntó.
Por su parte, Alejandra Frausto reconoció que los incendios sí provocaron daños de importancia, como la pérdida de vitrales y afectaciones en el sotocoro, el órgano y una de las torres del inmueble, por lo que dijo que mantendrá una mesa permanente para su atención.
Por desgracia, sí hay daños serios en el inmueble. Sabemos que se reavivó el fuego más tarde (ayer) por algunas brazas de los polines que cayeron. Esto tiene que ver con que ciertas personas que viven en situación de calle entran al inmueble y esto ha provocado esta situación”.
Aseveró que no hubo ningún daño en el archivo del siglo XVI que se resguarda al interior del templo y prometió que desde ayer se retiraría la obra artística y pictórica ubicada dentro del recinto, la cual “se evaluará y, obviamente, se salvaguardará, para que no tengan riesgo cuando inicien las obras de restauración”. Sin embargo, Frausto no quiso detallar si la obra de Miguel Cabrera resultó o no afectada.