Los médicos residentes del Hospital General viejo de Culiacán, Sinaloa (HGC), han lanzado un llamado urgente a un paro de labores indefinido, exigiendo medidas de seguridad dentro y fuera de las instalaciones hospitalarias. La medida fue anunciada tras dos atentados violentos ocurridos dentro del hospital en lo que va del mes, en medio de la creciente violencia que azota el estado.
El más reciente ataque ocurrió este domingo 20 de octubre, cuando personas armadas ingresaron al hospital y dispararon en busca de rematar a un paciente. Aunque la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa confirmó que no hubo heridos en el incidente, el tiroteo dentro del centro de salud elevó las alarmas entre el personal médico. Este suceso se suma a un atentado previo el 10 de octubre, cuando un joven que estaba recibiendo atención médica por heridas de bala fue asesinado a tiros dentro de las instalaciones.
Un grito de auxilio desde el personal médico
En un comunicado difundido en redes sociales, los médicos residentes señalaron que, a pesar de haber pedido reiteradamente mayores garantías de seguridad, las autoridades no han respondido de manera efectiva a sus demandas. “Nos alzamos en paro laboral hasta que nuestra seguridad sea garantizada dentro y fuera del hospital”, expresa el mensaje. Los profesionales de la salud denuncian que la violencia ha llegado a niveles intolerables, poniendo en riesgo no solo sus vidas, sino también la de los pacientes y todo el personal del hospital.
Escalada de violencia dentro del hospital
El primer atentado que detonó el paro ocurrió el 10 de octubre, cuando un paciente ingresado el 23 de septiembre tras ser baleado en la carretera de Tepuchito fue asesinado a tiros mientras recibía atención médica. Este incidente, junto con el reciente ataque del domingo, ha dejado claro que el hospital no está exento de la violencia que afecta a la región.
Los médicos residentes exigen que las autoridades estatales y municipales intervengan de inmediato para garantizar condiciones mínimas de seguridad dentro del hospital, que actualmente parece estar a merced de la delincuencia organizada.
Un sistema de salud en crisis
El paro de labores en el Hospital General viejo de Culiacán no solo afecta a los residentes, sino a todo el sistema de atención médica en la ciudad. Con el creciente número de incidentes violentos en el estado de Sinaloa, los hospitales han visto un incremento en el ingreso de víctimas de la violencia, lo que complica aún más la situación. Los médicos ahora se enfrentan a la disyuntiva de cumplir con su deber o proteger su propia vida en un entorno que ya no garantiza su seguridad.
Mientras el paro continúa, se teme que los servicios de salud se vean gravemente afectados, con la atención médica de urgencias y tratamientos especializados paralizados hasta que las autoridades tomen medidas concretas. El llamado a huelga resuena como un acto de desesperación en una ciudad que enfrenta altos niveles de violencia, donde ni siquiera los hospitales son espacios seguros.
La exigencia de los médicos es clara: seguridad, antes de que el sistema colapse.