El “Mayo” y “Panchito” son boleros de la Plaza de Armas de Gómez Palacio y sostienen que es drástica la decisión del retiro de asientos de las bancas de la plaza principal, pero fue una medida necesaria a fin de evitar que la gente siguiera en las calles y respete el confinamiento.
Sin embargo, dicen que no ven mucho respeto en ello, ya que siguen acudiendo. Los boleros que se ubican frente al edificio del Poder Judicial del Estado dicen que no había de otra, ya que la gente seguía saliendo al centro y de paso llegaba a la plaza como si nada estuviera pasando, de ahí que las autoridades municipales determinaron quitarle los asientos a las bancas y otras de plano las retiraron como una medida extrema.
Los empleados manifiestan que sin embargo hace falta una estrategia más inteligente como el que la policía realice recorridos pedestres para evitar que la gente se reúna en este punto, pues aún sin bancas, busca en las jardineras donde verse, sobre todo chavos o parejas que se juntan para “echar novio” e incluso sin llevar cubrebocas, lo que es doblemente riesgoso. Señalan que el problema lo dejan para quienes están ahí en su mayoría, adultos mayores que como costumbre acuden a dicho lugar en busca de sus amigos y de igual manera no encuentran otra opción que sentarse en las jardineras, pero ignoran que riesgo de resultar contagios por el coronavirus.
Ambos con sus cubrebocas, aseguran que la medida del ayuntamiento para retirar bancas y en otros casos sólo los asientos fue buena, pero falta complemento, como es el hecho de que policías pedestres realicen recorridos no sólo por la plaza de Armas, sino por todo el centro, ya que un 50 por ciento de la población que concurre a realizar compras no porta este elemento que es básico para prevenir los contagios del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad covid-19.
Los boleros que rondan entre los 50 y 65 años de edad, aseguran que ellos se aplican a las recomendaciones del gobierno, pues su chamba es atender a la gente y más por la posición en que lo realizan, pues el cliente sube a la silla de bolear y queda a determinada altura, mientras que ellos se mantienen abajo lustrado el calzada, por lo que el riesgo es mayor al haber algún estornudo o fluido que les pueda caer a ellos directamente.
MILENIO