En una serie de movimientos carcelarios que han generado especulación y expectativa, Ovidio Guzmán López, conocido como “El Ratón” e hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha sido nuevamente recluido en el Centro Correccional Metropolitano de Chicago, Illinois, mientras que su hermano Joaquín Guzmán López ha sido trasladado a un lugar desconocido, desapareciendo del registro penitenciario público de Estados Unidos.
La reubicación de estos dos importantes herederos del imperio criminal del Cártel de Sinaloa ocurre en un contexto crucial. Apenas un día antes, se dictó sentencia en contra del exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, y, al mismo tiempo, la justicia estadounidense se prepara para una audiencia clave contra Ismael “El Mayo” Zambada, líder histórico del cártel y antiguo socio de “El Chapo”. Estas coincidencias han levantado sospechas sobre posibles movimientos estratégicos entre las autoridades judiciales y penitenciarias para asegurar la cooperación de los detenidos.
El caso de Ovidio, extraditado desde México en septiembre de 2023, sigue siendo particularmente simbólico. El 23 de julio apareció como “liberado” en el sistema del Buró Federal de Prisiones (BOP), lo que despertó rumores sobre su posible traslado o negociación, aunque pronto se confirmó su regreso al mismo centro penitenciario de Chicago. Esta fecha coincide, además, con el quinto aniversario del fallido operativo militar conocido como el “Culiacanazo”, un vergonzoso episodio que subrayó la complejidad y peligrosidad de capturar a figuras del narcotráfico de este calibre.
Por otro lado, la repentina desaparición del nombre de Joaquín Guzmán López del registro penitenciario ha generado un enigma. Aunque no se ha confirmado oficialmente su paradero, algunos expertos sugieren que podría estar bajo medidas de seguridad más estrictas o en algún tipo de negociación con las autoridades.
A medida que se desarrollan estos movimientos, es evidente que las figuras clave del Cártel de Sinaloa, tanto en los tribunales como en las cárceles de Estados Unidos, siguen siendo piezas cruciales en el ajedrez del narcotráfico internacional. El próximo juicio de “El Mayo” Zambada, otro pilar del cartel, podría arrojar más luz sobre estos enigmáticos traslados y sobre la estrategia judicial de Estados Unidos para desmantelar una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo.
Estos movimientos en el tablero penitenciario no son casuales. Mientras el mundo observa, las cartas se juegan con discreción, y cada acción parece anticipar una nueva fase en la guerra contra el narcotráfico.