El diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ) responsabilizó a Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, por la escasa participación ciudadana en la reciente elección judicial en México, en la que apenas votó cerca del 13% del padrón electoral.
Según el medio, López Beltrán, quien funge como jefe de operaciones del partido oficialista Morena, estuvo al frente de la estrategia de movilización, la cual resultó deficiente a pesar de la importancia histórica del proceso. La baja afluencia no impidió que Morena obtuviera una victoria contundente, ganando la mayoría de los casi 2,700 cargos judiciales en juego, incluidos nueve puestos clave en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para el WSJ y diversos analistas, este resultado pone en entredicho la legitimidad del nuevo esquema judicial promovido por el expresidente López Obrador a través de reformas constitucionales que permiten la elección por voto popular de jueces y magistrados. Críticos advierten que este modelo amenaza la autonomía del Poder Judicial y abre la puerta a un control hegemónico del partido gobernante.
Organizaciones de la sociedad civil han manifestado su preocupación por lo que consideran un retroceso democrático. El bajo nivel de participación, sumado a la falta de claridad en los perfiles de los candidatos y la presunta intervención partidista en el proceso, ha intensificado el debate sobre los riesgos de politizar la justicia.
En contraste, la presidenta Claudia Sheinbaum celebró la jornada como un “ejercicio inédito de democracia participativa”, subrayando que la población “eligió con libertad a quienes administrarán la justicia del país”. Sin embargo, la narrativa oficial choca con la percepción de expertos y opositores, quienes exigen una revisión del mecanismo y mayor transparencia en futuras elecciones judiciales.