La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó este viernes su disposición a mantener un diálogo abierto con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), aunque dejó en claro su inconformidad con las recientes protestas y bloqueos que han paralizado zonas clave de la capital.
En un mensaje dirigido a medios tras una reunión con su gabinete de gobernabilidad, Sheinbaum señaló que su administración “siempre estará dispuesta a escuchar a los movimientos sociales y al magisterio disidente”, pero enfatizó que “la protesta no puede estar por encima de los derechos de millones de personas que viven y transitan por la Ciudad de México”.
Las declaraciones se dan en medio de una creciente tensión entre el Gobierno federal y la CNTE, cuyas exigencias —que incluyen aumentos salariales, cancelación de la reforma educativa y plazas automáticas para normalistas— han sido respaldadas por marchas, plantones y bloqueos en arterias principales como Reforma, Insurgentes y el Zócalo capitalino.
“La Ciudad de México no puede ser rehén de ninguna organización”, puntualizó la mandataria. “Estamos abiertas al diálogo, pero no estamos de acuerdo con lo que le están haciendo a la ciudad y a su gente”.
Sheinbaum, quien fue jefa de Gobierno de la capital hasta 2024, recordó que su administración mantuvo históricamente canales de negociación con la CNTE sin recurrir a la represión, pero pidió reciprocidad: “El derecho a manifestarse no puede anular el derecho al libre tránsito, al trabajo y a la vida cotidiana de millones”.
El plantón instalado frente a Palacio Nacional desde hace más de una semana ha generado críticas de comerciantes, transportistas y ciudadanos afectados. Mientras tanto, la CNTE ha advertido que no se moverá hasta obtener una respuesta formal y por escrito del Ejecutivo.
Analistas políticos consideran que este podría ser uno de los primeros grandes retos de gobernabilidad para Sheinbaum en su primer año de mandato. Aunque su tono se ha mantenido conciliador, el mensaje de hoy marca un punto de inflexión en la relación con el magisterio disidente.
“El diálogo es fundamental, pero también lo es el respeto a la ciudad y a sus habitantes”, concluyó Sheinbaum.