En un movimiento inesperado, 17 familiares del exlíder del Cártel de Sinaloa cruzaron la frontera hacia Estados Unidos y se entregaron al FBI. Las autoridades callan; los rumores crecen.
En un hecho sin precedentes, 17 familiares directos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, incluyendo su exesposa Griselda López Pérez y una de sus hijas, cruzaron voluntariamente la frontera entre México y Estados Unidos el pasado viernes 9 de mayo al mediodía, entregándose a agentes del FBI en el puente internacional de San Isidro, en Tijuana.
La escena, que tuvo lugar sin incidentes visibles, estuvo rodeada de un inusual sigilo: ninguna autoridad mexicana o estadounidense ha emitido una declaración oficial. Sin embargo, el periodista Jesús Chaparro ha reportado detalles que perfilan lo que podría ser una de las operaciones más delicadas en la historia reciente del narcotráfico mexicano.
La familia Guzmán cruza la frontera
De acuerdo con fuentes cercanas a la operación, los 17 integrantes de la familia Guzmán llegaron a Tijuana en un vuelo privado procedente de Culiacán, Sinaloa, y se trasladaron en vehículos blindados hasta la garita de San Isidro. Al llegar, fueron recibidos por agentes del FBI que ya los esperaban. No hubo persecución. No hubo arrestos. Solo maletas de marca —al menos dos por persona— y una suma que superaba los 70 mil dólares en efectivo.
Entre los entregados, se confirmó la presencia de Griselda López, madre de Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López, dos de los principales herederos del imperio criminal conocido como Los Chapitos.
¿Un trato con Washington?
Lo que más ha llamado la atención no es la entrega en sí, sino el momento. Apenas una semana antes, Ovidio Guzmán —detenido en EE. UU. y considerado uno de los criminales más peligrosos del continente— habría aceptado declararse culpable de los cargos de narcotráfico en su contra. Según documentos judiciales filtrados, esta declaración formal se hará pública el próximo 6 de junio.
Fuentes cercanas al proceso señalan que Ovidio habría negociado con la justicia estadounidense la protección y traslado de su familia a cambio de su cooperación y su declaratoria de culpabilidad.
“Este acto de poner a salvo a su familia podría ser una señal de que Los Chapitos están perdiendo la guerra en Sinaloa… o que la guerra está por ponerse mucho peor”, explicó Chaparro.
El éxodo de Jesús María
La entrega marca un giro dramático en la historia del clan Guzmán. Desde el bastión rural de Jesús María, en Sinaloa —donde se atrincheraron por años—, la familia habría emprendido un éxodo silencioso hacia suelo estadounidense.
“Las fuentes revelaron que Ovidio Guzmán solicitó como parte de su trato con EE.UU. que su familia saliera de Jesús María, donde vivía su madre y varios hermanos. El objetivo: brindarles residencia permanente y protección bajo custodia estadounidense”, comentó el periodista.
Esta petición, de confirmarse, implicaría un alto nivel de cooperación con las autoridades estadounidenses. En los círculos de inteligencia, se especula que Ovidio podría estar proporcionando información valiosa sobre las operaciones internas del Cártel de Sinaloa, sus rutas, contactos y redes financieras.
El mutismo oficial y el temor al derrumbe
Pese a la magnitud del hecho, ni el Departamento de Justicia de Estados Unidos, ni el Gobierno de México, han emitido declaraciones. El silencio ha sido total, lo que alimenta la especulación de que este movimiento forma parte de un acuerdo aún no revelado entre los gobiernos de ambos países.
Este hermetismo también puede responder al temor a represalias dentro del propio cártel. Si Ovidio efectivamente está colaborando, el equilibrio interno del Cártel de Sinaloa podría quebrarse, desatando una ola de violencia similar o peor a la ocurrida tras su captura en enero de 2023.