El expresidente Donald Trump fue retirado del escenario con sangre en la oreja y el rostro tras un tiroteo durante su mitin la noche del sábado en Butler, Pensilvania.
Trump cayó al suelo, aparentemente herido, tras el primer estallido de disparos. Se escucharon gritos de los asistentes mientras el personal de seguridad rodeaba al expresidente y lo alejaba del atril. A pesar de la situación, Trump hizo gestos hacia la multitud y se le vio agitando el puño mientras era llevado a un vehículo fuera del escenario.
El tiroteo en el mitin de Trump está siendo investigado como un posible intento de asesinato, según las autoridades. El atacante, que estaba fuera del lugar del evento, ha sido “neutralizado” por la policía.
“La noche del 13 de julio se produjo un incidente en un mitin de Trump en Pensilvania. El Servicio Secreto ha implementado medidas de protección y el expresidente está a salvo. Ahora se trata de una investigación activa del Servicio Secreto y se publicará más información cuando esté disponible”, declaró Anthony Guglielmi, portavoz jefe del Servicio Secreto.
El presidente Joe Biden fue informado sobre el tiroteo mientras se encontraba en Rehoboth Beach, Delaware. La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional, Liz Sherwood-Randall, forman parte del equipo que informa al presidente.
El portavoz de Trump, Steven Cheung, afirmó en un comunicado: “El presidente Trump agradece a las fuerzas del orden y a los primeros intervinientes su rápida actuación durante este acto atroz. Se encuentra bien y está siendo examinado en un centro médico local. Más detalles seguirán”.
Un alto asesor de Trump en Milwaukee indicó que el equipo está trabajando para reunir más información sobre la condición del ex presidente. El asesor expresó su optimismo debido a los gestos de Trump mientras era conducido fuera del escenario y de su todoterreno. “Rezamos para que esté bien”, concluyó.