Lo que parecía ser una noche común en la comunidad de Cuautlacingo, municipio de Otumba, terminó en tragedia cuando un túnel colapsó y sepultó a seis personas. El paso subterráneo, presuntamente utilizado para actividades de robo de combustible (huachicol), se derrumbó la noche del jueves, generando un fuerte operativo en la zona y la apertura de una carpeta de investigación por parte de la Fiscalía del Estado de México.
De acuerdo con testimonios de pobladores, fue una camioneta con altavoces la que alertó sobre el accidente. Sin embargo, al llegar los cuerpos de seguridad y emergencia, el acceso fue bloqueado por los propios vecinos, quienes impidieron que las autoridades intervinieran en el lugar.
Rescate con sus propias manos
Sin apoyo institucional, los mismos habitantes se encargaron de rescatar los cuerpos por sus propios medios. En un primer momento, se negaron a entregarlos a las autoridades y los trasladaron a la capilla del pueblo. Sólo después de algunas horas permitieron que personal de la Fiscalía estatal realizara el levantamiento y los enviara al Servicio Médico Forense (SEMEFO) para las necropsias correspondientes.
Sospechas de huachicol
Aunque hasta ahora no hay una versión oficial definitiva, la principal línea de investigación apunta a que el túnel estaba siendo utilizado para extraer combustible de manera ilegal de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex). El uso de túneles clandestinos ha sido una táctica común en regiones con historial de huachicol, y este incidente refuerza las sospechas de una red organizada de extracción ilegal en la zona.
Silencio y tensión
El clima en Cuautlacingo es tenso. El hermetismo de los vecinos, combinado con su resistencia inicial a permitir el ingreso de las autoridades, refleja un tejido social fragmentado, donde la desconfianza hacia el Estado se cruza con la posible complicidad o temor frente a las bandas del crimen organizado que operan en la región.
La Fiscalía mexiquense no ha dado aún un informe público detallado, pero se espera que en las próximas horas se informe sobre la identidad de las víctimas y los hallazgos dentro del túnel colapsado.
Este caso reabre el debate sobre la penetración del crimen organizado en comunidades rurales y la dificultad de las autoridades para controlar el robo de hidrocarburos, un delito que no sólo golpea económicamente al país, sino que también cobra vidas en el intento de enriquecimiento ilegal.