En un movimiento inesperado dentro de las filas del Ejército mexicano, el general Francisco Jesús Leana Ojeda, comandante de la Tercera Zona Militar, fue relevado de su cargo tras una polémica declaración en la que afirmó que la tranquilidad en Sinaloa dependía de los grupos criminales, y no del Ejército. Este comentario, realizado durante una conferencia de prensa en Culiacán el pasado 16 de septiembre, generó indignación entre la población y cuestionamientos sobre la estrategia de seguridad en la región.
Leana Ojeda, responsable de la seguridad en Durango y Sinaloa, había señalado que la violencia en la entidad, marcada por la disputa entre facciones del Cártel de Sinaloa, no podía ser contenida únicamente por las fuerzas armadas. “Queremos que sea lo más rápido posible, pero no depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de confrontarse entre ellos y que estén dejando a la sociedad en paz”, dijo en ese momento, refiriéndose a la rivalidad entre “La Chapiza” y “La Mayiza”, facciones internas del poderoso cártel.
La reacción a estas declaraciones no se hizo esperar. Habitantes y líderes de opinión en Sinaloa expresaron su preocupación por lo que interpretaron como una aceptación implícita de la incapacidad del Ejército para restaurar el orden sin la cooperación, o al menos el cese de hostilidades, de los grupos criminales. Esto llevó a que, tan solo 20 días después, el general fuera removido de su puesto en la Tercera Zona Militar.
El pasado viernes, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) anunció el relevo oficial de Leana Ojeda, siendo sustituido por el general Guillermo Briseño Lobera, quien asumió el mando en una ceremonia a la que asistieron autoridades como el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y el secretario de Gobierno de Durango, Héctor Eduardo Vela Valenzuela.
Durante la toma de protesta, el general de división Norberto Cortés Rodríguez, representante de la Sedena, subrayó que el cambio fue ordenado directamente por la presidenta Claudia Sheinbaum, Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas. Cortés Rodríguez reafirmó el compromiso del nuevo comandante interino, general Briseño Lobera, en mantener la seguridad y el orden en la región, resaltando su experiencia previa como comandante en Guerrero y Guanajuato, estados con históricos problemas de violencia.
A pesar de la controversia, el general Francisco Jesús Leana no fue cesado de sus funciones militares, sino que fue reubicado como comandante de la Primera Región Militar, que abarca la Ciudad de México, Estado de México, Morelos e Hidalgo. En su nuevo cargo, se espera que Leana enfrente retos importantes relacionados con la delincuencia en el centro del país.
El episodio deja abierta la interrogante sobre el verdadero papel de las fuerzas armadas en el combate a los cárteles de la droga y la percepción pública sobre la efectividad de las estrategias de seguridad en zonas afectadas por el narcotráfico. Si bien el cambio en la comandancia podría interpretarse como una señal de corrección interna, la tensión en Sinaloa sigue latente, con una sociedad que exige respuestas más contundentes en la lucha contra la violencia.