Un tribunal de apelaciones de Estados Unidos ha permitido que Texas mantenga una barrera flotante de 300 metros en el Río Grande, diseñada para disuadir el cruce ilegal de inmigrantes. La decisión del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito, con sede en Nueva Orleans, revoca una orden previa que había solicitado la remoción de las boyas.
Esta resolución representa una victoria para los funcionarios republicanos de Texas, incluyendo al gobernador Greg Abbott y al fiscal general Ken Paxton, y un revés para la administración del presidente Joe Biden, que había presentado varios recursos legales contra la medida. El gobierno actual ha argumentado que las acciones de Texas interfieren con la autoridad federal para establecer políticas de inmigración y violan una ley ambiental estadounidense.
El Tribunal del Quinto Circuito permite que la barrera permanezca en su lugar mientras se resuelve la demanda presentada por la administración Biden. El gobernador Abbott celebró la decisión, afirmando: “Luché para mantenerlas en el agua. Ahí es exactamente donde se quedarán”, y agregó en mayúsculas: “¡¡¡Justicia!!!!”.
En abril, el juez federal de distrito David Ezra había rechazado desestimar la demanda y ordenado a Texas trasladar la barrera al lado estadounidense del río mientras se resolvía el caso.