En un escenario cargado de simbolismo, los presidentes Donald Trump (Estados Unidos) y Volodímir Zelenski (Ucrania) sostuvieron una reunión decisiva en la Basílica de San Pedro, momentos antes del funeral del Papa Francisco. La ocasión, marcada por el duelo global, se convirtió también en una oportunidad para abordar el futuro de Ucrania, tras más de tres años de conflicto armado.
Zelenski calificó el encuentro como un momento que “podría convertirse en histórico” si se logran avances concretos hacia la paz. Según reportes del New York Times, durante la conversación se discutió la contraoferta ucraniana a una propuesta de Washington para poner fin a la guerra. El plan contempla el despliegue de un contingente europeo de seguridad respaldado por Estados Unidos, pero no incluye la recuperación total de los territorios ocupados ni el ingreso inmediato de Ucrania a la OTAN, condiciones que Kiev ha considerado innegociables.
En paralelo, desde Moscú, el Kremlin anunció que sus fuerzas habían completado la “liberación” de la región rusa de Kursk, ocupada parcialmente por tropas ucranianas desde agosto de 2024, un movimiento que agrega presión a las ya complejas conversaciones de paz.
El funeral del Pontífice sirvió además como espacio para otros encuentros bilaterales breves. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, compartió en redes sociales una imagen de su saludo con Trump, tras lo cual ambas partes confirmaron planes para una nueva reunión, en busca de fortalecer el diálogo en medio de las tensiones internacionales.
Entre la solemnidad del adiós al Papa Francisco y los discretos gestos diplomáticos, San Pedro se convirtió en inesperado escenario de nuevas esperanzas para la paz.