La realidad superó a la ficción: una mujer de 42 años se presentó en una oficina bancaria de Brasil acompañada de un hombre muerto, del que decía que era su sobrina y cuidadora, para intentar pedir un préstamo asociado a la cuenta de la que él era el titular.
Erika de Souza Vieira Nunes, de 42 años, llevó esta semana el cadáver de Paulo Roberto Braga, de 68, a una sucursal bancaria en Bangú, en la zona oeste de Río de Janeiro.
“Dijo que estaba vivo y que quería ir a cobrar el dinero. Según ella, él sólo quería cobrar el dinero. Así que se lo pidió y ella le llevó a recogerlo”, dijo a los medios brasileños Fábio Luiz de Sousa, delegado de la comisaría local.
La mujer, que ha sido detenida, pretendía cobrar 17.000 reales (unos 3.000 euros). “Una de las empleadas de la sucursal bancaria dijo que, al principio, pensó que el anciano estaba muy débil. Cuando se acercó al lugar donde se realizaba el servicio, le dijo a Paulo Roberto que su firma debía coincidir con la de su documento de identidad. Sin embargo, cuando el anciano debía firmar, la empleada dijo que no reaccionaba, que estaba pálido y que no presentaba signos vitales”, señaló O Globo.
El asombroso plan de utilizar un cadáver para llevarse dinero del banco fue grabado en vídeo. En las imágenes se ven los intentos de la mujer por hacer que el muerto firme el documento, colocando un bolígrafo entre sus dedos y moviendo su mano, intentos que fracasaron.
“No parece que esté bien”, dice un empleado ante los reiterados intentos de la mujer por fingir que el muerto estaba vivo. La mujer sujetaba la cabeza del anciano y le hablaba ante el estupor de los empleados bancarios.
En los últimos años, esta mujer había cobrado 6.000 euros de beneficios del gobierno por diversos programas de asistencia social. Insistió en llevarse los 17.000 reales antes de ser detenida por la policía local.