Los habitantes que no lograron salir del poblado de Santa Anita, Chihuahua ante el asedio, ataque y enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes, velaron al joven que fue asesinado y decapitado frente a la iglesia.
El padre de la Parroquia, Enrique Urzúa, dio a conocer que los pobladores que alcanzaron a huir luego del enfrentamiento entre narcotraficantes, que dañaron severamente la iglesia de Santa Anita, con más de 700 disparos, le solicitaron ayuda para regresar y atender a sus animales, ante la posibilidad que mueran de hambre.
Luego de estos lamentables hechos, el Fiscal de Distrito Zona Sur, Juan Carlos Portillo Coronado, se reunió con el párroco de la Catedral de Guachochi, presbítero Enrique Urzúa Romero y llevó víveres.
Mientras tanto, el Operativo Conjunto conformado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI), Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Ejército Mexicano y Guardia Nacional, brindó resguardo y custodia al párroco, igual que a los habitantes de las comunidades de El Ojito, El Rosado y Santa Anita para la entrega de apoyos.
Sobre los sicarios, la Fiscalía no ha dado a conocer su identidad o siquiera si se tienen datos para dar con su paradero y posterior arresto.
EXCELSIOR