Un reluciente elevador para 22 personas llega al piso tres, abre sus puertas y exhibe un muro de concreto que impide el acceso. Algunos trabajadores de Ciudad Salud de Morelia, Michoacán, hablan de esta pifia como símbolo del millonario derroche de recursos que se realizó para erigir esta fortaleza hospitalaria.
Los peritos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) conceden razón a los empleados: realizaron 11 pliegos de observaciones, 16 recomendaciones y 25 Promociones de Responsabilidad Administrativa Sancionatoria (PRAS). Sin embargo, los accesos a los dos nuevos hospitales de Ciudad Salud son monumentales: techos altos, pasillos amplios, pisos de cerámica para tránsito pesado, casi todo luce majestuoso e impecable.
Aviva la esperanza de que habría un antes y un después en la atención médica para los michoacanos, como dijo en noviembre de 2020 el entonces gobernador Silvano Aureoles Conejo. Se trata del Hospital General y el Hospital Infantil, la mayor obra pública realizada en el sexenio anterior, donde se invirtieron más de 3 mil millones de pesos: 2 mil 600 millones de dinero federal y 400 millones de recursos estatales.
El perredista presumió estas obras como uno de los principales logros de su administración. Una investigación impulsada por el Programa de Apoyo al Periodismo en México de la UNESCO, en colaboración con MILENIO, revela que el gobierno de Michoacán realizó licitaciones presuntamente simuladas o irregulares en diversos contratos que suman mil 127 millones de pesos. La revisión de los contratos arroja que algunas de las empresas beneficiadas están vinculadas a aliados políticos del gobernador Silvano Aureoles (2015-2021).
TOMADO DE MILENIO