No pocos consideraron que la victoria de los Bengals contra los Chiefs en el campeonato de la Conferencia Americana se debió a un exceso de confianza de Kansas City, que amasó una ventaja de 21-0 en la primera mitad para luego aceptar 24 y caer en tiempo extra.
Esa idea, sin embargo, pasa por alto un tremendo ajuste que ordenó Lou Anarumo, coordinador defensivo de Cincinnati, y la ejecución perfecta de sus jugadores. Con la expectativa de una paliza asomándose, Anarumo arriesgó. Defendió el pase con ocho jugadores y presionó con tres, decisión difícil ante la facilidad de Patrick Mahomes para serpentear en espera de un receptor libre.
Cincinnati apostó por confundir a Mahomes al colocar a esquineros y linebackers cerca de la línea para copar el espacio por el que el pasador podía conectar con su ala cerrada, Travis Kelce, sus corredores o sus especialistas en envíos cortos como Mecole Hardman.
Colocaron a un cornerback a actuar como espejo del quarterback y así limitaron la posibilidad de que Mahomes corriera. El domingo enfrentan a un pasador lento. Matthew Stafford es incapaz de correr, aunque Cincinnati no es fuerte en la presión al QB.
Aquí otra preocupación: a diferencia de los Chiefs, los Rams tienen dos receptores capaces de superar a la defensa en pases largos: Odell Beckham Jr. y Cooper Kupp.
En el enfrentamiento uno a uno entre defensivos secundarios y receptores, éstos parecen tener la ventaja; sin embargo, la capacidad de ajustar que mostraron los Bengals debe tomarse en cuenta.