Ella es Cinthia Ortiz Martínez, quien viaja cada año desde Toluca en el Estado de México hasta Durango para comercializar sus productos. Pero este año ha sido más complicado que los anteriores, y a pesar de invertirle tiempo y dinero, no ha podido recuperar lo que ha gastado en materiales para festejar el día del comienzo del movimiento de Independencia.
“Empezamos desde que nos vamos de aquí (Durango), nos vamos el 16 y trabajamos los primeros días de octubre, y hasta que nos venimos el 25 de agosto, para estar listos para todo. Venimos del Estado de México”.
Es un negocio de familia y desde pequeña lo ha hecho, comenzó con los arreglos más sencillos y ahora que es adulta, los tejidos y los holanes para las ropas son de lo que más disfruta hacer, porque el oficio lo aprendieron de sus padres.
Durango es uno de los lugares escogidos porque cuenta con turismo y movimiento comercial, pero este año ha sido más complicado que otros.
“Ahora no estábamos seguros si íbamos a venir, porque no sabíamos que nos iban a dar permisos, y sí íbamos a vender. Entonces, pensamos que, no. Por eso no trajimos tantas cosas, para no llevar tanta mercancía, y es que casi no hemos vendido”.
Para Cinthia y su familia el recrear el lábaro patrio es importante para ellos, porque se han dedicado a esto toda la vida y esperan seguirlo haciendo. Desde muy pequeña le pone empeño como un oficio aprendido a lo largo de los años.
“Todos nos dedicamos a hacer esto, las banderas, le ponemos mucho empeño en hacer las cosas para que queden bien. Y para a las personas les guste y les agrade”.
MILENIO