DURANGO, DGO.
Durango busca crear un puente cultural con la Ciudad de México con la finalidad de que los artistas del estado puedan presentarse en la capital del país y viceversa.
En el homenaje que se rindió a cinco duranguenses por su trayectoria artística, José Ramón Enríquez, senador por Durango, señaló que con este puente cultural se logrará que México conozca el talento de esta entidad.
“Este puente cultural busca no sólo traer a Durango artistas de todas las disciplinas, sino también llevar a la Ciudad de México el talento de la entidad, que conozcan en la capital del país a nuestros artistas en música, teatro, danza, pintura, artes plásticas”, señaló.
El estado cuenta con los escenarios adecuados, pero sobre todo gente que busca adentrarse cada vez más en las artes.
“Es importante que el talento local esté presente en todo México y, por qué no, en el mundo”, agregó José Ramón Enríquez.
Pilar Rincón, una de las artistas plásticas más reconocidas en el estado y quien fue homenajeada en esta ocasión por su obra, señaló que el puente cultural que se establecerá es algo que los artistas duranguenses esperaban, porque significa trascender más allá de la entidad.
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“No saben cómo lo anhelábamos, porque aquí tenemos gente que sólo necesita una oportunidad para salir y mostrar su talento, y más, tratándose de la Ciudad de México.”
Rincón es alumna de la escultora Guillermina Galaviz, y estudió ese arte, además de pintura y grabado en la Universidad Juárez del Estado de Durango; tiene tres diplomados en arte y humanidades y 10 cursos diversos en artes plásticas y visuales, impartidos por maestros de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Entre sus exposiciones se cuentan Más allá del color, París y sus rostros, De la muerte a la vida y Al desnudo.
El dramaturgo Víctor Hugo Galván, también homenajeado por su trayectoria, consideró que un puente cultural de esta naturaleza logrará llevar a Durango a la Ciudad de México y al mundo en materia artística.
Tierra del cine
Señaló que la entidad ha sido reconocida como Tierra del cine sobre todo por su cielo, que permite rodar escenas al aire libre sin contratiempos; sus sets cinematográficos y escenarios naturales han atraído a muchos grandes productores.
“Aquí viene todo tipo de artistas, pero también tenemos talento que espera una oportunidad, no sólo en el cine, sino en el teatro y eso podemos llevar a la Ciudad de México”, señaló.
Víctor Hugo Galván ha presentado con éxito durante más de 30 años su monólogo El hombre de la rata, que está cerca de las mil representaciones no sólo en Durango, sino en ciudades del país, Perú, Ecuador, Colombia, Cuba, Panamá y Venezuela.
Ha participado en varias producciones cinematográficas y en series, la más reciente es Somos, de Netflix.
Nimbe Salgad también recibió homenaje por su trayectoria. También es profesora de la Escuela Superior de Música de la Universidad Juárez del Estado de Durango.
La poeta Julia Leyva y el músico Raúl Sepúlveda, también recibieron tributo por su trayectoria.
José Ramón Enríquez Herrera reiteró que Durango tiene los mejores escenarios para todas las áreas de la cultura, entre ellos destacan los teatros Victoria y Ricardo Castro, que tienen una gran historia.
El primero, de estilo italiano, tiene más de 200 años. Fue fundado por Juan José Zambrano como su foro particular y familiar, pero desde hace 100 años se abrió al público. Con una muy buena acústica, tiene capacidad para 160 personas.
El teatro Ricardo Castro, de estilo afrancesado, fue inaugurado en 1924. La obra de cantera fue realizada por el profesor Benigno Montoya. Posee un busto de Mozart y la escultura en bronce del pianista y compositor Ricardo Castro.
En la sala principal luce dos murales del escenógrafo Octavio Ríos, y en el segundo nivel cuenta con una sala de exposiciones y una cafetería con un pequeño escenario. Su capacidad es para mil personas.
Durango ha dado al mundo grandes personajes, recordó José Ramón Enríquez, como Francisco Villa, que cuenta con un museo en el palacio de Zambrano, que durante muchos años fue sede del gobierno del estado.
Ahí se puede conocer la historia de Villa, cuyo nombre real fue José Doroteo Arango Arámbula, su faceta de bandido, padre amoroso, trabajador del campo, del mujeriego y del general.
El recinto tiene 13 salas y varias áreas para exposiciones, así como conferencias.