Erwin Uribe, ingeniero de profesión, se desempeñaba como jefe en una planta química. Sin embargo, en 2018 decidió renunciar a su trabajo y empezar a probar fórmulas con un objetivo: poner de su parte en la lucha contra la contaminación por plásticos del agua. El resultado es Green Bricks.
“Siempre desde la ciencia me llamaba la atención que los residuos terminaran en un vertedero y no se hiciera nada más… El mar escupía plástico, botaba plástico, y desde la ciencia, desde mi carrera (…), traté de crear una solución”
Detrás de su motivación, además, hubo una persona concreta: “Yo tengo una sobrina que fue la que me motivó. Si yo tuve la oportunidad de tener un entorno limpio, un ecosistema limpio, ¿por qué no ella?”.
Con eso en mente, y con los conocimientos que le dio su carrera, comenzó a trabajar para crear, en sus palabras, “un proceso de reciclaje que no fuera tan costoso ni tan contaminante”.
Y tuvo éxito. Logró una fórmula para reciclar plásticos y convertirlos en nuevos materiales para la construcción. Su proyecto se llama “Green Bricks”.
“Creamos la primera fórmula y creamos los primeros productos, que fueron pastelones. Empezamos con el plástico PET, porque era el plástico que más se repetía en la playa. Desde ahí nace la creación de un biopolímero, que hace que el plástico se pueda pegar con el cemento y podamos crear este hormigón sustentable”, explica.
Postuló su proyecto a varios fondos, buscó financiamiento y colaboradores y los buenos resultados no tardaron en llegar.
“Erwin nos contactó y congeniamos inmediatamente en su propósito y en el nuestro, que nosotros podamos prestarle las instalaciones y ayudarlos con la parte técnica. Lo que estamos haciendo es incorporar todo el producto que ellos recogen de plástico y que procesan, y lo incorporamos dentro de los bloques, se adiciona, lo que permite que sea un bloque entre 2 a 3 kilos más liviano”, cuenta Magdalena Barros, CEO y fundadora de Terrablock
“La mezcla era tan buena que pudimos crear otros tipos de revestimientos, como revestimientos de muro, que imitábamos la piedra, la madera, etc, en el cual tenía también una buena resistencia térmica”, agrega Uribe.
Uribe firma que el biopolímero creado resulta ser más efectivo y menos contaminante que los aditivos químicos que actualmente se usan en la industria, lo que podría contribuir a reducir su huella de carbono.
“Por ejemplo, tuvimos un caso muy exitoso con el Banco de Chile, que tenían un problema con sus tarjetas plásticas. Más de 10.000 tarjetas que no tenían uso, que antiguamente podrían haberse ido a un vertedero, pero gracias a nuestra tecnología pudimos darle un uso a un residuo. ¿Qué hicimos con este plástico? Creamos un patio inclusivo con 3 accesos universales en una escuela especial en Concepción”.
Los creadores de Green Bricks dicen que sus productos tienen entre 20% y 30% de plástico en su composición, con la misma eficacia y resistencia que los materiales convencionales.
La construcción del mañana
Uribe dice que sueña con un mundo donde todo se construya con materiales reciclados, con una industria que comience a operar no solo de manera sustentable, sino también sostenible en el tiempo.
“Estamos limpiando playas, humedales, donde estamos rescatando ese plástico y estamos generando construcciones positivas a colegios, plazas, parques, municipios, entre otros… Estamos creando la construcción del mañana, estamos haciendo la construcción del futuro”.