Al que le llovió, nos narran, fue al gobernador de Durango, José Rosas Aispuro (PAN), luego de que decidió suspender el transporte público los fines de semana —desde las 15:00 horas del sábado— como una medida para aminorar los contagios de Covid-19.
El problema, nos dicen, se desató ya que, apenas dio a conocer la medida, se sintió el enojo y la preocupación, sobre todo de parte de los trabajadores de a pie, quienes el pasado fin de semana exhibieron su molestia por tener que caminar horas para llegar a sus trabajos o regresar a sus casas.
Al final, nos especifican, ante la mala recepción de la medida, el mandatario se echó para atrás, lo que no evitó que le recriminaran que se le haya hecho más fácil pensar que, como él, todos descansan sábados y domingos, en lugar de invertir bien en el sector Salud para que la entidad salga del semáforo rojo.
TOMADO DE EL UNIVERSAL