Eligieron a Magdalena Andersson como la primera mujer al frente del gobierno de Suecia pero ella dimitió tan sólo siete horas después, de esas cosas extrañas en los sistemas parlamentarios de Europa.
En Suecia tienen sistema parlamentario, aquel donde los ciudadanos votan para elegir a su representante en el Parlamento y son esos legisladores quienes designan al primer ministro que gobernará al país.
Magdalena Andersson, de 54 años, líder de los socialdemócratas, se convirtió en la primera mujer en el cargo de primera ministra al recibir 117 votos a favor, 174 en contra y 57 abstenciones en el Parlamento. Aunque los votos contra a su nombramiento eran más, consiguió apoyos suficientes conforme la ley para formar gobierno, aunque frágil.
Andersson logró acuerdo con el Partido de Izquierda que pidió subir las pensiones. Pero ella renunció sólo horas después.
Dimisión en horas.
Aunque recibió los votos suficientes, el pacto de Andersson con la Izquierda no fue del agrado del Partido Centro que también la apoyaba.
Entonces como ya no tenía el visto bueno de uno de los partidos de su coalición, ella decidió renunciar como lo marcan las prácticas constitucionales.
Además, su gobierno perdía un aliado, quedaba extremadamente frágil, con más parlamentarios en contra que a favor que no le aprobarán el presupuesto que ella proponga.
“Hay una práctica constitucional según la cual un gobierno de coalición dimite cuando un partido se va. No quiero dirigir un gobierno cuya legitimidad está en entredicho”, narró Andersson a los medios.
Así que lo que sigue es intentar formar un nuevo gobierno pactando con los partidos del Parlamento o incluso tener que ir a elecciones de nuevo.
Lo más probable es que Andersson intente de nuevo encabezar el gobierno sueco pero con diferentes pactos.