En un nuevo episodio que tensa las ya frágiles relaciones entre México y Estados Unidos, la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, acusó este martes a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, de haber “alentado” las protestas que sacuden Los Ángeles desde hace cuatro días, tras una serie de redadas migratorias ordenadas por el presidente Donald Trump.
Durante una conferencia de prensa convocada por la Casa Blanca, Noem lanzó la declaración sin rodeos:
“Ella [Sheinbaum] salió y pidió más protestas en Los Ángeles. Yo la condeno por eso”.
La funcionaria federal sostuvo que la mandataria mexicana “incitó” a miles de personas a manifestarse, responsabilizándola indirectamente por los disturbios, saqueos y enfrentamientos que se han intensificado desde el viernes. La ciudad angelina enfrenta un estado de emergencia parcial luego de que la Guardia Nacional y elementos de los marines fueran desplegados para reforzar el control en las calles.
Sheinbaum, por su parte, respondió desde Palacio Nacional durante su habitual conferencia matutina:
“México ha pedido respeto al debido proceso de nuestros connacionales detenidos. Rechazamos cualquier forma de violencia y negamos haber incentivado acciones fuera del marco legal”.
La tensión comenzó el pasado 6 de junio, cuando agentes de ICE realizaron redadas masivas en barrios latinos de Los Ángeles, lo que provocó la indignación de organizaciones de derechos humanos y comunidades migrantes. Las manifestaciones comenzaron como actos pacíficos, pero rápidamente derivaron en enfrentamientos con las fuerzas del orden, con más de 120 personas detenidas hasta ahora.
El presidente Trump ha justificado los operativos como parte de una nueva fase de su política migratoria de “cero tolerancia”, a solo meses de las elecciones generales. En tanto, Noem respaldó públicamente el despliegue militar interno:
“Estoy increíblemente orgullosa del presidente por activar a la Guardia Nacional y enviar a nuestros marines para restaurar el orden”.
¿Crisis binacional?
Analistas advierten que las declaraciones de Noem podrían marcar el inicio de una crisis diplomática si no se manejan con cautela. “Acusar a un jefe de Estado extranjero de incitar disturbios en territorio estadounidense es extremadamente grave”, apuntó Mariana Castañeda, especialista en relaciones bilaterales del CIDE.
Mientras tanto, la comunidad mexicana en EE.UU. permanece en alerta. Activistas convocan a una nueva jornada de protesta este miércoles, ahora con un lema que podría complicar aún más la relación bilateral: “Ni redadas ni represalias”.