Sabinas.— “Yo sí creo en los milagros. Sé que es muy difícil, casi imposible, que aún estén con vida, pero quiero un milagro para mi hermano y para los otros nueve mineros”, confiesa Gabriel Rodríguez Palomares, quien fue minero y ahora es rescatista.
Él está desde la tarde del miércoles en la comunidad de Villa de Agujita, en el municipio de Sabinas, Coahuila, trabajando para rescatar a los 10 mineros que están atrapados en un pozo de carbón desde hace más de 36 horas. En este lugar, el ir y venir de soldados, rescatistas, Guardia Nacional, Protección Civil y familiares da esperanza de lograr el milagro al que alude Gabriel.
De baja estatura, moreno, con el rostro cansado y las botas llenas de arena, el hombre entra y sale de la “zona cero”, platica con sus familiares, toma agua, agarra ánimos y regresa a los tres pozos, en uno de los cuales se encuentra atrapado su hermano, Margarito Rodríguez Palomares.
“El rescate va procediendo, el agua está bajando. Tengo trabajando en minas 26 años. Es muy difícil que estén con vida, pero yo creo en los milagros”, insiste.
“De rescatarlos, los tenemos que rescatar. Yo creo en los milagros y pido un milagro, no sólo para mi hermano, sino para los otros nueve”.
Gabriel asegura que el agua va bajando de nivel, tienen siete bombas trabajando y se conectaron otras dos; gracias a horas y horas de trabajo se logró bajar dos metros el nivel del agua, pero la tarea que está por delante es todavía muy larga: “Ellos están a unos 68 metros de profundidad”, explica el minero retirado.
La espera
En los alrededores del pozo es constante el ir y venir de maquinaria pesada. También se han instalado varios campamentos de los familiares de los mineros, que no se mueven del lugar, en espera de buenas noticias.
Mientras tanto, los niños pequeños, algunos hijos de los trabajadores atrapados, juegan a ser mineros con trozos de carbón y montones de arena.
Una decena de ambulancias de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el IMSS y la Cruz Roja está a la espera de que se les requiera, al igual que un equipo de buzos, llegado de Monterrey, que ayer se preparaba para sumergirse en los tres pozos en busca de los mineros.
A 45 grados del desierto, esposas, madres, hijos, hermanos y demás familiares se encuentran a la espera del milagro de Las Agujitas. Entre ellos se dan ánimo, cuentan anécdotas y están pendientes de la maquinaria, pipas y rescatistas.
Las dificultades del rescate
El rescate de los 10 mineros presenta complejidades.
Se sabe que los hombres quedaron atrapados cuando los trabajadores se toparon con un río subterráneo, lo que provocó una inundación y un derrumbe.
Por la mañana, en conferencia de prensa en Palacio Nacional, la coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, informó que cinco mineros lograron salir y recibieron atención médica; tres permanecían hospitalizados.
Agustín Radilla Suástegui, subsecretario de la Sedena, dijo que los mineros están atrapados entre dos pozos de carbón, a 60 metros de profundidad, los cuales están inundados con 34 metros de agua.
Precisó que seis buzos de las fuerzas especiales de la Guardia Nacional estaban listos para que, en cuanto se den las condiciones, inicien sus tareas.
Por su parte, el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, dijo que son 10 familias las que han pedido información sobre los mineros atrapados, pero reconoció que no se debe descartar que pueda haber más. Anoche se dio a conocer que se esperaba la llegada en las próximas horas de 13 equipos de bombeo con mayor capacidad, que permitirán agilizar los trabajos de rescate.
Oficialmente no se han difundido los nombres de los mineros, pero, de acuerdo con familiares, son: Mario Alberto Cabriales Uresti, Sergio Gabriel Cruz Gaitán, Jorge Luis Martínez Valdez, José Rogelio Moreno Leija, Luis Alberto Valencia Vázquez, José Luis Mireles Arvizu, Jaime Montelongo Pérez, José Rogelio Moreno Morales, Ramiro Torres Rodríguez y Margarito Rodríguez Palomares, hermano de Gabriel, quien tras descansar y un rato y refrescarse, vuelve al pozo, para continuar con las labores de rescate y lograr el milagro que desea para su hermano y todos los demás.
EL UNIVERSAL