Para continuar con la disminución de la incidencia y casos de hepatitis A, B o C en México, es necesario que las personas prevengan esta enfermedad, que puede ser silenciosa, y acudan al médico, pues los síntomas pueden ser fatales.
En el marco del Día Mundial Contra la Hepatitis, la gastroenteróloga pediatra y maestra en hepatología, Fátima Reynoso, destacó las acciones para hacer frente a estas enfermedades, entre ellas, la prevención.
“La importancia es que se da a conocer a la población que existe una enfermedad que se llama hepatitis, que es causa de inflación del hígado y para la cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho diversas estrategias con el fin de reducir la tasa de mortalidad a nivel mundial, por estos casos de hepatitis, específicamente de la B y la C”, dijo en entrevista con Excélsior Digital.
Ejemplo de lo anterior es que en 2019 México se convirtió en el primer país de América Latina y el Caribe en establecer su Programa Nacional de Eliminación de la Hepatitis C, enfermedad infecciosa que se transmite por la sangre o en el intercambio de fluidos corporales y que es curable.
De acuerdo con el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, en México se registran anualmente cerca de 2 mil nuevos casos de hepatitis C; no obstante, hay avances en la erradicación de esta enfermedad.
El Informe Anual de Vigilancia Epidemiológica de Hepatitis Virales, México 2020, elaborado por la Dirección General de Epidemiología, indica que entre 2019 y 2020 las hepatitis A, B y C disminuyeron.
- Dicho programa contempla los siguientes puntos:
- Acceso universal a pruebas y tratamiento
- Integración interinstitucional de acciones e información
- Enfoque de atención primaria de la salud
- Estrategias focalizadas en poblaciones más afectadas
Para la doctora en Hospitales MAC, es de suma importancia este tipo de acciones para la prevención y la oportuna atención de pacientes.
“Definitivamente parte de este lanzamiento del Día Mundial Contra la Hepatitis fue orientado en disminuir las tasas de mortalidad de hepatitis B y C.
“La ventaja de estos programas es hacer pruebas de identificación oportunas y una vez hechas, dar el tratamiento específico para estos pacientes”, dijo en entrevista con Excélsior Digital.
ALERTA A LOS SÍNTOMAS
Explicó que las hepatitis A, B y C son enfermedades virales que provocan afectaciones en el hígado; es decir, “una vez que las adquirimos, van e inflaman la glándula hepática”.
Entre los síntomas que los pacientes de estas tres enfermedades pueden presentar son los siguientes:
- Dolor abdominal
- Coloración amarilla de la piel
- Evacuaciones acólica (heces sin color)
- Coluria (orina oscura)
¿QUÉ ES LA HEPATITIS A?
La maestra en hepatología explicó que esta enfermedad de trata de la inflación del hígado y es más frecuente en niños, aunque también en adultos, y su transmisión se da por ingerir agua o alimentos contaminados con el virus.
Agregó que también hay una asociación por haber estado en contacto con otros niños que habrían presentado la infección.
“Generalmente es una hepatitis que se recupera en su totalidad, incluso los niños adquieren inmunidad de por vida; sin embargo, a algunas personas se le puede complicar y fallecer en un pequeño porcentaje que puede progresar a hepatitis fulminante”, dijo.
¿QUÉ SON LAS HEPATITIS B Y C?
Fátima Reynosa detalló que estas dos infecciones pueden causar enfermedades crónicas del hígado, por ello, las personas deben estar alertas en su estado de salud, pues dichas afectaciones “pueden pasar desapercibidas muchos años hasta que empiezan los primeros síntomas”.
Tanto la hepatitis B y la C pueden ocasionar un cuadro agudo; no obstante, la enfermedad crónica, “que es más frecuente”, y su gravedad pueden desembocar en el desarrollo de fibrosis avanzada del hígado, cirrosis, un hepatocarcinoma (un tumor) o bien, la muerte.
“Ambas hepatitis, por ejemplo, la B se pude transmitir de madre a hijo durante el trabajo de parto cuando la mamá está contaminada, a través de sangre o de otros líquidos corporales, por ejemplo, durante las relaciones sexuales de una persona que está infectada”, agregó la especialista.
En el caso de la hepatitis C, ésta se puede transmitir vía sanguínea, por ejemplo, con la picadura de agujas infectadas.
¿HAY VACUNAS Y TRATAMIENTOS CONTRA LA HEPATITIS?
Fátima Reynosa resaltó la importancia de la atención primaria ante los primeros síntomas de afección al organismo.
Recordó que tanto para las hepatitis B y C hay tratamientos; además las A y B son prevenibles por vacunación.
Detalló que, por ejemplo, la vacuna contra la hepatitis B está incluida en el esquema nacional de vacunación, dentro de las dosis penta o exavalente, y se aplica a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad.
No obstante, también aclaró que la vacuna contra hepatitis B se puede suministrar por sí sola.
En tanto, la vacuna contra hepatitis A, si bien no se encuentra en el cuadro básico de vacunación, se debe aplicar en el primer año de edad.
Es una vacuna adicional que se recomienda que la tengan los niños”, dijo.
PREVENCIÓN, LA MEJOR ALIADA
La doctora en Hospitales MAC llamó a la población a que en caso de padecer síntomas que pudieran estar asociados o relacionados, o si tienen factores de riesgo, es necesario acudir al médico.
Y es que, sostuvo, “en dado caso de que el paciente tenga una alteración, empezar el protocolo seguro para estudiar la causa por la que ése hígado está inflamado que muchas veces sucede”.
Aclaró que todo paciente con antecedentes de inflación del hígado debe realizarse una segunda determinación para evidenciar si disminuyó, se normalizó o aumentó la afección, y en caso de que suceda lo último, “empezar el abordaje inicial que es buscando las hepatitis más frecuentes que son las virales A, B, C, D y E”.