El pasado 10 de junio Emma Coronel optó por un camino ya muy recorrido por muchos narcotraficantes: se declaró culpable de conspiración por tráfico de drogas y de lavado de dinero. Pero esta declaración le habría dado la oportunidad de salir ilesa.
Tras un largo estira y afloja con los fiscales en Estados Unidos, la esposa de Joaquín el Chapo Guzmán, firmó aquel día un documento que la hacían responsable de tres delitos relacionados con el narcotráfico. La periodista Laura Ley explica que este movimiento le permitirá no correr con la misma suerte que Guzmán Loera, quien enfrenta una sentencia de cadena perpetua en una cárcel de Colorado.
Tal vez , con un aire de inocencia, la ex reina de belleza confía en lograr que su sentencia sea la más baja posible. El próximo 15 de septiembre se dará lectura de la condena que podría enfrentar Coronel.
Además de asegurarse un futuro, podría evitar un pleito intestino en el Cártel de Sinaloa, debido a que evito un juicio en el que podrían salir varios nombres de peso pesado.(Foto: KENA BETANCUR / AFP)
Los expertos advierten que lejos de lo que se cree, la declaración de Emma podría situarla como la principal ganadora de la historia criminal del Cártel de Sinaloa, pues su condena podría reducirse: sería libre, millonaria y tendría una vejez despreocupada, contrario a sus conocidos del grupo criminal sinaloense: El Chapo, quien está preso de por vida; Ismael el Mayo Quintero, que vive a salto de mata; Rafael Caro Quintero, el más buscado de los narco y los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán, también prófugos de la justicia.
La defensa de Emma asegura que su clienta teme por su vida y la de sus gemelas, tras la difusión de la noticia sobre que se entregó a la justicia para ser testigo cooperante.
Coronel conoció al fundador del Cártel de Sinaloa en una fiesta de rancho. Según Estados Unidos, ella coordinaba la parte más importante de la sobrevivencia del capo: sus escapes.(Foto: REUTERS/Luis Cortes)
Se casó en 2007, cuando todavía era una adolescente, y se convirtió en madre a principios de sus veinte. Ha pasado más de un tercio de su vida en un matrimonio en el que su esposo casi siempre ha estado encarcelado o a la fuga.
La mujer conoció a Guzmán Loera en un rancho en Durango, cuando tenía 17 años. El “Chapo”, entonces en sus cuarentas y bien posicionado en la cúspide del Cártel de Sinaloa, había estado escondiéndose de las autoridades casi seis años después de haber escapado de prisión en un carrito de lavandería en 2001.
Desde el primer día comenzó “una bonita amistad” entre la pareja. Cuando cumplió los 18 años se casaron en una ceremonia muy sencilla con familia y solo amigos cercanos. Era el verano de 2007.
La también ex reina de belleza supo capitalizar la fama generada en torno a su imagen, impulsando una marca de ropa con el nombre de su marido, y llegó a participar en un reality show en Estados Unidos, donde coincidió con otros herederos del imperio de la droga. Algunos de ellos hijos o sobrinos del narcotráfico colombiano o mexicano.