Moscú.— El atentado con bomba en que murió Daria Dugina, hija del líder del movimiento neo- euroasianista, Alexander Dugin, uno de los estrechos aliados del presidente ruso, Vladimir Putin, provocó una ola de indignación en la clase política rusa, que demanda que el crimen no quede impune, mientras Moscú abrió una pesquisa y el gobierno ucraniano alertó que las fuerzas rusas intensificarán sus ataques.
El líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, al este de Ucrania, el prorruso Denis Pushilin, acusó directamente al gobierno de Kiev de estar detrás del atentado a Dugina.
En la plataforma Telegram, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, advirtió de que si se confirma la “huella ucraniana” en el atentado habrá que “hablar de la política de terrorismo de Estado del régimen de Kiev (…) Esperamos los resultados de la investigación”.