El Instituto Nacional Electoral (INE) enfrenta un reto sin precedentes tras la aprobación de un recorte de 13 mil millones de pesos a su presupuesto por parte de la bancada de Morena y sus aliados. Este ajuste obligará al organismo a reducir a la mitad el número de casillas y disminuir la contratación de supervisores para la elección histórica de 881 jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, programada para el próximo 1º de junio.
Menos casillas, más distancia para votar
En lugar de las 172 mil casillas inicialmente planeadas, el INE instalará poco más de 80 mil en “centros de votación”, lo que aumentará significativamente la distancia entre los puntos de votación y podría generar saturación. “En lugar de tener tu casilla a una cuadra, la vas a tener a 10 cuadras”, explicó la consejera Norma Irene de la Cruz. Además, algunas casillas podrían concentrar hasta 3 mil electores.
La consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei Zavala, evitó proyectar un escenario catastrófico. “No me atrevería a prejuzgar que esto va a salir mal”, afirmó, aunque reconoció que “hay un problema serio”. Taddei subrayó que el organismo hará ajustes internos para garantizar la calidad del proceso, incluso con menos recursos y tiempo para organizarlo.
Impacto en la logística electoral
El recorte también implica que el INE contratará menos de los 50 mil supervisores y capacitadores planeados. Además, gran parte del trabajo adelantado en los últimos meses tendrá que ser deshecho y replanteado. “Tenemos que hacer un análisis expedito de qué partes sufrirán un recorte sustancial”, declaró Taddei, quien no descartó solicitar una ampliación presupuestal al Congreso si se presentan necesidades extraordinarias.
La elección, inédita en la historia del país, incluirá complejos desafíos logísticos, como la distribución de hasta seis boletas por votante para elegir entre más de 200 candidatos.
Desunión en el INE
La rueda de prensa convocada para abordar el tema reflejó divisiones internas en el Consejo General. Taddei compareció inicialmente sola y más tarde fue acompañada por los consejeros Arturo Castillo Loza y Norma Irene de la Cruz, lo que destacó la ausencia de otros integrantes. La presidenta defendió la postura del organismo, asegurando que todos los consejeros fueron invitados y justificando las ausencias como resultado de “otras agendas”.
La falta de consenso también quedó en evidencia en la reunión privada del 5 de diciembre entre representantes del INE y legisladores, en la que únicamente participaron dos consejeras afines a Taddei. Aunque la presidenta había prometido defender el presupuesto “hasta el último minuto”, no estuvo presente en dicha reunión, lo que generó críticas.
Un reto monumental
Con el tiempo en contra, el INE tiene hasta el 1º de junio para realizar ajustes que permitan llevar a cabo un proceso electoral inédito, marcado por el recorte presupuestal y la falta de apoyo legislativo. La presidenta del instituto insistió en que garantizarán la calidad del proceso, pero dejó claro que será un reto abrumador.
La reducción de casillas y recursos podría transformar significativamente la experiencia de los votantes, quienes tendrán que enfrentar mayores distancias y tiempos de espera para participar en una elección crucial para el Poder Judicial del país.