Una trágica noticia sacudió a la comunidad académica de Morelos. Laura y Enrique, una pareja de biólogos jubilados y exprofesores de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), fueron hallados sin vida en el poblado de Topilejo, en la alcaldía de Tlalpan, Ciudad de México. Ambos habían sido secuestrados el pasado 9 de septiembre en las inmediaciones de su alma mater.
El secuestro de Laura y Enrique, adultos mayores, conmocionó a sus familiares y colegas, quienes desde el primer momento mantuvieron discreción para no entorpecer las investigaciones. La denuncia fue presentada ante la Fiscalía General del Estado (FGE) de Morelos, y fue la Fiscalía Especializada en Secuestros y Extorsiones la encargada del caso.
Tras semanas de incertidumbre, el hallazgo de sus cuerpos fue posible gracias a un operativo conjunto entre la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México y las fiscalías de Morelos y la capital. Los cuerpos fueron localizados en el kilómetro 45+700 de la carretera México-Cuernavaca, en la zona de Topilejo. Aunque las vestimentas que portaban coincidían con las que llevaban el día de su desaparición, las autoridades aún realizarán pruebas de ADN para confirmar su identidad de manera definitiva.
Laura y Enrique eran figuras influyentes en la UAEM, donde durante años formaron a generaciones de biólogos. Su secuestro y trágico desenlace han dejado un vacío en la comunidad universitaria y entre sus seres queridos, quienes lamentan profundamente la pérdida de dos personas que dedicaron su vida al conocimiento y la enseñanza.
En cuanto a los responsables, las autoridades de Morelos anunciaron la detención de tres personas vinculadas a diversos secuestros exprés en la región. Los detenidos, Yael “N” alias “Yayis”, de 22 años; María Concepción “N”, de 41; y Elio Ricardo “N”, de 42, podrían estar relacionados con el grupo delictivo conocido como “Los Roques”, que opera principalmente en los municipios de Huitzilac y Cuernavaca. Hasta el momento, se encuentran vinculados a proceso bajo la medida de prisión preventiva.
La comunidad exige justicia para Laura y Enrique, quienes dejaron un legado de enseñanza y compromiso con la ciencia, esperando que este crimen no quede impune.